LA HABANA, Cuba. — Las ópticas en Cuba hoy carecen casi por completo de armaduras y cristales graduados para hacer espejuelos. Necesité renovar los míos y, previa medición visual y con receta en mano, me dispuse a buscarlos. Esta gestión fue infructuosa por la vía normal.
Recorrí cinco establecimientos de La Habana donde realizan espejuelos a precios económicos. En todos los lugares la respuesta fue casi igual: “no tenemos armaduras ni cristales para esa graduación”. Y una técnica añadió que esa medida no se hacía en la actualidad.
Sin otra alternativa, me dirigí a las ópticas que antes brindaban estos servicios en divisa y hoy cobran en moneda nacional a precios equivalentes a 1 usd por 25 pesos cubanos. Conozco solamente tres establecimientos que realizan esta función: El Almendares, en Obispo, La Habana Vieja; Arrinda, en Neptuno, Centro Habana; y Óptica Miramar, en 7ma y 24, en el municipio de Playa.
En la primera de las mencionadas encontré una gran cantidad de personas que esperaban para entrar, pues, según los reunidos en el lugar, habían surtido mercancía. Aquí no fue posible averiguar si existía la medida que buscaba y tuve que retirarme.
Fui a la semana siguiente a la de Miramar. Me informaron que en ese lugar era más fácil su acceso y había mayor probabilidad de encontrar los espejuelos que buscaba. Llegué a las 12:30 pm. Entré al local dos horas y media después porque también había bastantes personas. Al fin pude obtener información general y realizarme los imprescindibles espejuelos.
Mostré a la dependiente unas armaduras de mi propiedad para montar en ella los cristales y abaratar el costo, pero me dijo que esas no eran compatibles con la graduación que llevo. Me sugirió que en los que uso se puede hacer el trabajo y después de tallados los lentes, de inmediato montarlos en el momento de recogerlos. Este proceso de talla dura un mes.
El valor de los cristales bifocales sin armadura es de 1 000 pesos cubanos, o sea 40 dólares, las dos terceras partes de mi jubilación mensual. En las ópticas normales, con armadura, me costarían 58,50 pesos. La abismal diferencia es de 941, 50 pesos.
Es posible que la solución que me brindó la especialista no funcione tampoco y tenga que adquirir las armaduras, por tanto, el costo total sería el doble o algo más. Conclusión: tendría que pedir ayuda para resolver el problema.
En la fachada de la Óptica de Miramar existe un cartel bien visible que anuncia servicios online. A través de la página web del lugar personas en el exterior pueden hacer la solicitud y los que viven aquí recibir los necesarios espejuelos. Si se paga en dólares entonces sí hay. Es la versión en las ópticas de las tiendas en MLC. Otra forma de expoliar a los cubanos residentes en el exterior.
Escuché, mientras esperaba, la queja de unos clientes ante la falta de lentes para su niño. Al final hallaron la medida buscada. La madre, por precaución, ordenó hacer dos pares, pues el pequeño puede romperlos con facilidad. Tuvo que pagar 4 000 pesos.
Llama la atención que por la calle hay vendedores ambulantes que pregonan la venta de espejuelos de todas las graduaciones. Si las ópticas no tienen; ¿de dónde sale entonces esta mercancía?
El régimen cubano hace una constante propaganda de que brinda un servicio de salud gratuito o a muy bajo costo, pero, en este caso, nada tiene de barato y asequible para muchas personas.
La dictadura apela a cualquier recurso con tal de obtener divisa convertible. Cada día que pasa busca recoger más dinero circulante por medio de los elevados precios en artículos básicos. La escasez genera mayor inflación, por lo que la gente en la calle se pregunta: “¿A dónde vamos a parar?”
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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