MIAMI, Estados Unidos. — Representantes del exilio cubano exigieron este jueves en Miami el mantenimiento del embargo y de las sanciones contra el régimen castrista durante una caravana que terminó en una multitudinaria manifestación frente al restaurante Versailles.
Ante las maniobras de senadores demócratas y republicanos para eliminar el embargo —vigente desde 1962— los cubanos protestaron y condenaron la flexibilización de la política hacia la dictadura por parte de la administración Biden.
La convocatoria estuvo encabeza por el influencer Alex Otaola y por la activista Rosa María Payá, hija del fallecido opositor cubano Oswaldo Payá.
En declaraciones ofrecidas a CubaNet, Otaola envió un mensaje al régimen castrista y aseguró que la única normalización pasa por que los comunistas entreguen el poder.
“Si ustedes quieren hacer algo bueno por el pueblo cubano no es a Washington a quien tienen que decírselo, tienen que dejar sus sillas en el Comité Central”, destacó el influencer,
Por su parte, Rosa María Payá dejó claro que las iniciativas para poner fin al embargo no fructificarán. No obstante, llamó al exilio a no dejar de levantar la voz contra los intentos de negociar con la dictadura.
“Lo que no puede pasar es que nosotros nos quedemos en nuestras casas. Tenemos que estar movilizados todo el tiempo”, sostuvo.
La activista cubana también aseguró que el exilio ya ha respondido al castrismo con una iniciativa que ya se encuentra en el Senado, y que pasa por nombrar “Oswaldo Payá” a la calle que pasa frente a la Embajada del régimen en Washington.
Recientemente, los senadores demócratas Amy Klobuchar, Chris Murphy y Elizabeth Warren y los republicanos Jerry Moran y Roger Marshall presentaron un proyecto de ley para levantar el embargo contra el régimen cubano.
La iniciativa busca derogar las disposiciones de las leyes “que impiden que los estadounidenses hagan negocios en Cuba, pero mantiene vigentes las leyes que abordan los derechos humanos o las reclamaciones de propiedad contra el gobierno cubano”.
Para ser aprobada, el proyecto de ley, que ya ha sido presentado sin éxito en otras ocasiones, necesitaría el visto bueno de la Cámara de Representantes y del Senado de Estados Unidos.