Ciudad de México, México.-Desde hace 36 meses, Juan Alberto Ramos Rojas de 83 años no puede ver. Para corregir su estado necesita operarse, y para operarse necesita lentes para seguir el tratamiento. La familia del anciano no ha podido conseguirlos. Por eso ofrecen arroz (lo tienen porque lo cosechan) a cambio de unos lentes.
El señor reside en un poblado llamado Capitán, municipio de Vertientes,en Camagüey. Su familia sin otra solución ha acudido a las redes sociales para pedir ayuda.
“A quien pueda ayudar con los lentes se le va a regalar dos sacos de arroz criollo”, escribió Daineris Birgen en su muro de Facebook.
Juan Alberto ha trabajado toda su vida en el campo, y aunque aún la fuerza lo acompaña ha pausado su vida por la ceguera. Su mayor deseo es poder ver a su nieta con uniforme, pero que no existan espejuelos para él en toda una provincia lo ha condenado a la oscuridad.
Birgen aclara que los lentes que necesitan son #20.
Mientras vemos cómo levantan un hotel tras otro y exportan las medicinas que se producen en el país, siguen reportándose falta de insumos médicos básicos en todo el país. Incluso se han denunciado muertes en los hospitales por falta de recursos.
A finales de febrero María de los Ángeles Pérez González denunció que se madre anciana llegó con su madre anciana al cuerpo de guardia del Hospital Provincial de Cienfuegos con una pielonefritis aguda severa (infección urinaria que se define como la presencia de gérmenes en la orina). Su estado era grave y estaba a punto de hacer un fallo renal. Además sufría muchos dolores y estaba deshidratada por los vómitos.
Aún así, la doctora al verla le aseguró a María que la anciana no tenía criterio de ingreso, que la iban a hidratar un poco, a inyectarle un diclofenaco y podía regresar para la casa a morir.
La especialista le confesó que la situación del antibiótico endovenoso, que era lo que necesitaba “estaba muy difícil”.
María de los Ángeles se negó a llevarse a su madre porque sabía que era condenarla a muerte sin luchar siquiera. Gracias a sus reclamos finalmente la ingresaron con indicación de aplicarle un medicamento llamado cefotaxima, pero nunca lo hicieron.
Un grupo de médicos se reunió para decidir a quiénes aplicar el medicamento endovenoso. No hay para todo el mundo, así que los galenos no tienen otra opción qué seleccionar entre sus pacientes a quién dejarán vivir y quién no tendrá la misma oportunidad. La anciana no fue elegida y falleció.
En enero, en Artemisa, falleció una adolescente de 15 años que ingresó con dengue hemorrágico. Ella necesitaba vitamina K, Omeprazol inyectable y Fenitoína en ámpulas, medicamentos que no había en el hospital.
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