LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -El régimen castrista, a medida que descentraliza algo la economía y flexibiliza la entrega de tierra en usufructo, acrecienta sus deficiencias en el manejo de la administración y de su política de precios.
La especial protección alimentaria ha ido perdiendo su función social; apenas se habla de la agobiante tarjeta de productos alimenticios, eufemísticamente llamada “libreta de abastecimientos”.
Mientras esto pasa, el régimen castrista ha iniciado un proceso de susidios destinado a la compra de materiales de construcción para las familias de bajos ingresos, a fin de evitar el acelerado deterioro del fondo habitacional. Sin embargo, con la alimentación, no hacen algo parecido.
Los nuevos filósofos y economistas del castrismo se han olvidado de las palabras del fundador de su secta, Carlos Marx, quien dijo que antes de pensar, vestirse y calzarse, el hombre debía comer.
Ejemplo de esa deficiencia alimentaria, es lo que sucede con la papa o patata. En el 2012, este producto, que ya no está en la canasta social, será suministrado a niveles más bajos que otros años, pues los gobernantes castristas prevén un decrecimiento de 1 mil 073 hectáreas del área sembrada con respecto a la campaña anterior.
De esta manera, todos sentiremos el golpe de la insuficiencia alimentaria en este renglón básico. ¿El culpable de este nuevo fracaso? ¡El clima!, viejo agresor de la producción de alimentos bajo el régimen comunista. Ver para creer.
La prensa oficialista no explica las ineludibles consecuencias de la reducción del área sembrada, y desde ahora se contradice al clamar por una mayor presencia del tubérculo en los mercados estatales. ¿Cómo podrá lograrse ese resultado si no se elevan los rendimientos y la superficie dedicada a ese cultivo merma?
¡Cuán oportuno sería que los publicistas del castrismo le informaran al pueblo la verdad! Se calcula que este año se producirán unas 140 mil toneladas de papa, teniendo en cuenta el rendimiento histórico promedio de 22,25 toneladas por hectárea. Esto equivale a menos de 12 kilogramos por habitante.
Los columnistas del oficialismo bien pudieran explicar al menos por qué, con respecto a la campaña de 2009, en la actual se dejaron de sembrar 6 mil y pico de hectáreas, que representan más de 134 mil toneladas de papa que no llegarán al consumidor.
Tampoco dicen los periodistas del sistema totalitario la forma en que será distribuido este producto, dadas las inconveniencias presentadas este año, o si se importará el déficit planificado.
Unido a ello, los comunicadores castristas y los responsables de la cadena papera auguran un gran pico de cosecha para marzo y abril. Existe, pues, la amenaza de que se repita lo ocurrido en los años 90 del pasado siglo, cuando se pudrieron cientos de toneladas de papa por falta de transporte, negligencias en la cadena de distribución y poca capacidad de los frigoríficos. Veremos si esta vez son capaces de evitarlo.
Por lo pronto, el codiciado tubérculo, ahora en su campaña de frío, marca en caliente su desabastecimiento en el mercado cubano.