LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -Leonardo Padura, escritor y periodista cubano, recibió el prestigioso Premio Roger Calois de Literatura Latinoamericana, concedido por el PEN Club de Francia, la Maison de la l’Amerique Latine y la Sociedad de Lectores y Amigos de Roger Calois, que le será entregado el próximo miércoles 7 de diciembre en la Maison de l’Amerique Latine, en Paris.
Ese premio se otorga desde 1991, y entre los escritores galardonados en otros años figuran José Donoso, Álvaro Mutis, Adolfo Bioy Casares, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes. Esta distinción ratifica que Leonardo Padura es uno de los escritores latinoamericanos, y mundiales, más notables del momento. En el ámbito nacional se sitúa junto a los grandes novelistas de todas las épocas, al lado de Alejo Carpentier y Lezama Lima.
Padura, nacido en La Habana en 1955, continúa residiendo en su querida Mantilla. A la vez que ha logrado una relevante obra literaria, mantiene una continuada preocupación por los asuntos nacionales, con llamados cívicos, moderados y constructivos, para que sean materializadas las transformaciones económicas, políticas y sociales que con urgencia requiere la nación para salir de la crisis que la asfixia.
Su tetralogía Cuatro Estaciones con su famoso policía Mario Conde, ha sido traducida a 17 idiomas. Su última entrega fue El Hombre que Ama a los Perros, donde cuenta de forma original momentos cruciales de las vidas del revolucionario ruso León Troski –incluidos tenebrosos pasajes de la realidad soviética-, su asesino Ramón Mercader y un personaje ficticio, el periodista habanero Iván que narra las historias, incluida la suya con las vicisitudes y miserias de los cubanos durante el Periodo Especial; todos vinculados por los mejores amigos del hombre: los perros.
Esa novela con características universales, toca utopías que resultaron en una de las mayores estafas conocidas por la humanidad; ideas que prometieron un paraíso terrenal, pero terminaron en la conducción de individuos y sociedades enteras a un verdadero infierno.
Padura, además de haber alcanzado altos niveles como escritor, se puede definir como un cubano, que sorteando riesgos ha preferido mantenerse junto a su pueblo, a diferencia de otros intelectuales nacionales que por miedo u oportunismo han guardado silencio ante la crisis del país. En estos momentos, de forma medida y responsable, pero firme, se ha pronunciado a favor de los cambios en el fracasado sistema que ha pervivido en Cuba durante más de 50 años. Su condición humana e intelecto se han sentido comprometidos con su pueblo, convirtiéndolo en una referencia para los presentes y futuros jóvenes escritores y periodistas.
Lamentablemente su novela El Hombre que Amaba a los Perros sólo ha tenido una muy limitada publicación y divulgación en Cuba, apenas 4 000 ejemplares. Fue presentada en la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana y ha resultado prácticamente imposible encontrarla en las librerías. No ha podido ser desconocida, pero se ha abordado escasamente en la controlada prensa oficial. La nueva táctica es reducir su difusión al máximo, sin desconocerla totalmente; una verdadera pena al no tener la población acceso a una notable obra, mientras se da amplia profusión a escritores y artistas mediocres, pero comprometidos con el régimen.
Ese método también parece utilizarse con el gran artista cubano Pablo Milanés, a quien sin prohibirse abiertamente, se le cierra los espacios, y cobardemente se le ataca por algunos Salieri y otros mediocres, sin que se aprecie la solidaridad, salvo meritorias excepciones, de sus compañeros del arte, que dominados por el miedo e intereses mezquinos permanecen paralizados ante la infamia.