LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -“Prado y Malecón”, un anunciado lujoso hotel cinco estrellas, nunca será parte de La Habana Vieja. La terca realidad descorre su cortina para mostrar que el hotel nunca ha existido ni existirá. Un fraude arquitectónico y mediático.
El proyectado hotel “Prado y Malecón” sería emplazado en la emblemática esquina de la que toma el nombre, en La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad, una de las zonas más céntricas de la capital, con mayores y más relevantes conjuntos de valores históricos, ambientales y humanos. Pero el hotel quedará dibujado solo en las computadoras. Nada más.
Concebido y presentado por el estudio estatal cubano Choy-León (compuesto por José Antonio Choy López, su esposa Julia León e hijas Adriana y Olivia, además del arquitecto Antonio Villar Borlado), fue presentado en el marco de la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia, en el Palacio Widmann, en agosto del pasado año.
El inglés David Chipperfield, comisario de la muestra veneciana de 2012, autor del prestigioso edificio de la Compañía Toyota, en Kyoto, y caracterizado por aceptar solo propuestas arquitectónicas sobresalientes en racionalidad, economía, defensa del medio ambiente y entorno ciudadano, se mostró atraído por la propuesta cubana.
Por sus valores arquitectónicos, estéticos y funcionales fue incluido en la prestigiosa plataforma “Backstage Arqutecture 2012”, entre las cincuenta y siete proposiciones arquitectónicas más importantes de ese año del mundo.
Sin embargo, el rascacielos no existe, no existirá. En su lugar, precisamente en la intersección de Prado y Malecón, se levantan ahora varios edificios achatados de viviendas de dos y tres plantas, en sustitución de los que la desidia gubernamental permitió desplomarse por falta de mantenimiento constructivo. Resultan más acordes con el contexto, por seguir la misma línea arquitectónica y escala de los inmuebles aledaños de la época colonial y la republicana (1902-1959). El irreal hotel “Prado y Malecón” por su descollante altura y modernidad, hubiera resultado un palmario insulto al resto del entorno.
Hace pocos años, exactamente en la parcela de Prado y Malecón, un consorcio chino, en alianza con el estatal cubano Puerto Carenas, comenzó los trabajos de construcción de un hotel, que tendría veinte pisos y llevaría por nombre “Miramar”, según rezaba el anuncio impuesto en la cerca perimetral. Un día, llegaron obreros con camiones y recogieron los implementos de trabajo y hasta el cercado con el anuncio. Nada quedó de ese otro hotel y, como de costumbre, nada se explicó al pueblo. ¿Acaso el hotel fantasma Prado y Malecón es el mismo hotel Miramar, reciclado?
Si alguna vez el hotel fantasma por partida doble toma corporeidad, estaría mejor ubicado, a tono con el entorno, en el Vedado, barriada tachonada con rascacielos que hizo eclosión durante la época de pujanza económica y constructiva, de progreso y libertades, anterior a la debacle castrista de 1959.