Los tres cubanos que intentaron desviar una embarcación de pasajeros hacia Estados Unidos en
el 2003 fueron fusilados antes de que la defensa recibiera el resultado de la apelación ante el
Tribunal Supremo, según aseguró Jorge R. Betancourt Ortega, uno de los abogados defensores en
el caso.
“Puedes decir tajantemente que cuando al abogado que los defendió le entregaron la sentencia, ya
estaban fusilados. No hubo tiempo”, afirmó categóricamente Betancourt en una entrevista con el
Nuevo Herald.
Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodan Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac—
junto a otras ocho personas—intentaron secuestrar la pequeña lancha “Baraguá” que cubría la
ruta entre la Habana y el vecino pueblo de Casablanca con la intención de llegar a Estados Unidos
el miércoles 2 de abril del 2003. A la semana siguiente fueron condenados a muerte por cometer
“actos de terrorismo” en un juicio sumarísimo que duró menos de un día.