LA HABANA, Cuba. – Carlos Varela cumple este martes 60 años, de los cuales ha dedicado a la música más de la mitad. Tras haber realizado varias giras con importantes intérpretes de la Nueva Trova, sacó su primer disco, Jalisco Park (1989), que gozó de un rotundo éxito. Por entonces una nueva generación de trovadores captaba la atención de buena parte de la juventud. La sensibilidad cultivada bajo el influjo de las canciones de Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y otros cantautores necesitaba de un contenido más cotidiano, acorde con las inquietudes que se multiplicaban en un contexto muy distinto al de los años 60, que había visto nacer a la Nueva Trova.
Santiago Feliú, Gerardo Alfonso, Frank Delgado, Donato Poveda, Gema Corredera, José Luis Barba y el propio Varela, entre otros, se convirtieron en la generación de “los novísimos” de la escena trovadoresca, también conocidos como “Los Topos”. Definieron la canción cubana contemporánea, que irrumpió con una poética fresca y actualizada que se nutrió, además, de un amplio espectro sonoro, que iba de la música tradicional al pop y el rock.
En la década de 1990 la carrera de Carlos Varela despegó, convirtiéndose en el más internacional de los novísimos. Sus álbumes Monedas al aire (1992) y Como los peces (1994) son obras de culto para mucho público hispanoamericano que prefiere la canción de autor. Sus conciertos en la Isla, que se hicieron más esporádicos en la medida en que se acentuaba su actitud crítica hacia el régimen cubano, se han caracterizado por un lleno total, largas filas para comprar los tickets y una velada para guardar.
Más que un cantante exitoso, Carlos Varela es un símbolo de su generación, que abarcó mucho más que la música y las artes en general, para convertirse en un fenómeno sociocultural. En el amplísimo y selecto repertorio de la canción cubana, sus temas Como un ángel, Graffiti de amor, Foto de familia, Monedas al aire, El leñador sin bosque, Guillermo Tell y otros ocupan un lugar privilegiado.
Varela compartió escenario, además, con figuras y agrupaciones de la talla de Pedro Luis Ferrer, Fito Páez, Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, León Gieco y Dave Matthews, este último durante los años del deshielo promovido por Barack Obama.
Junto a Sabina compuso el tema Tan joven y tan viejo, un clásico infaltable en los conciertos del español. Se ha presentado en escenarios de toda América Latina, España y Estados Unidos.
Ha obtenido numerosos premios a lo largo de su carrera. En 2005 su canción Una palabra fue incluida por el realizador mexicano Alejandro González Iñárritu en su corto The Hire-Powder Keg, y al año siguiente el cineasta Tony Scott la incluyó como tema final de su filme Man on fire, protagonizado por Denzel Washington y Dakota Fanning.
En lo que va del siglo XXI ha lanzado los fonogramas Nubes (2000), Siete (2003), Los hijos de Guillermo Tell Vol.1 (2005), No es el fin (2009) y El grito mudo (2019).