MADRID, España.- El 16 de julio de 1925 nació en La Habana Sara Escarpenter, quien, aunque muy poco recordada en Cuba, llegó a ser una de las más grandes sopranos de su época.
Sarita, como la llamaban, comenzó estudiando con los reconocidos maestros Piedad de Armas y Lalo Elósegui en el Conservatorio Municipal de La Habana. Tras sus primeros éxitos en las radioemisoras CMW y COCO, hizo su debut profesional en un concierto de Ernesto Lecuona en el Teatro Nacional en septiembre de 1938. Tras su actuación, Lecuona la incluyó en el grupo de intérpretes que desde octubre de 1938 participaron en sus audiciones a través de los micrófonos de Radiodifusión O’Shea (CMK).
Desde entonces Sara Escarpenter interpretó numerosas piezas del maestro. Con Lecuona también realizó su primera gira internacional, a Puerto Rico.
“En Sarita Escarpanter se da el caso no corriente, de una voz de tonalidad distinta, de timbre aterciopelado, que cautiva desde el primer arpegio hasta la nota final. Hay en sus frases la emoción del cantante que entrega su espíritu en alas de la melodía, y sabe comprender el sentimiento del compositor, al crear su obra, para decirla con fidelidad interpretativa”, escribió por esa fecha la revista capitalina Chic.
En 1945, durante un viaje a Nueva York, recibió clases de la soprano Clementine de Vere; luego siguieron giras por varias ciudades de Estados Unidos y Canadá.
Tras regresar a Cuba en 1949, entre muchos otros, actuó en un espectáculo en el Teatro América, dirigido por Lecuona y en el que intervinieron otras figuras como Olga Guillot y Luis Carbonell.
Según recoge Nostalgia Cuba, por esa fecha “incluye en sus programas un variado repertorio de óperas, zarzuelas y canciones, asimismo, se convierte, rápidamente, en una estrella operística muy demandada e importante, haciéndose innumerables temporadas en teatros habaneros, recibiendo maravillosas críticas por parte de la prensa y un sin fin de halagos, al mismo tiempo, comienza a ejercer su magisterio vocal, ayudando de ese modo a muchos que pasaron a ser grandes estrellas de la canción, como Jorge País, Luisa María Güell y muy especialmente quien fuera su íntima amiga y protegida, la bella y grandiosa Georgia Gálvez, que gracias a su ayuda consiguió fama, éxito y prestigio”.
A finales de la década de los 60 Sara Escarpenter dejó Cuba definitivamente. Tras un tiempo en Europa, se radicó en Nueva York, Estados Unidos, donde vivió hasta su muerte, el 6 de enero de 1999.