LAS TUNAS, Cuba. — Confundidos unos, escépticos otros y obnubilados no pocos con el discurso oficial castrocomunista y su ya clásica retórica en la negación, fue interpretada y muy comentada por medios de prensa internacionales e instituciones parlamentarias democráticas del mundo la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), fechada el pasado 4 de septiembre en La Habana, donde el régimen niega cualquier vínculo con el reclutamiento de ciudadanos cubanos por parte del Ejército ruso, desplegado en zonas ocupadas de Ucrania mediante una guerra de agresión, condenada por las naciones civilizadas del mundo, no así por el militarismo castrista, socio incondicional de Moscú por más de sesenta años.
Como colofón de la declaración del MINREX, negando cualquier vinculación del Estado cubano en el reclutamiento de soldados pagados por una nación extranjera, tipificado en el Código Penal como delito de mercenarismo, sancionado con penas de privación de libertad desde 10 años hasta prisión perpetua o pena de muerte, el pasado jueves, autoridades policiales y la Fiscalía han informado de la detención de 17 implicados, tres de ellos pertenecientes a una presunta red de tráfico de personas y el resto estarían en trámites para integrarse al Ejército ruso a cambio de un estatus migratorio favorecido y una paga que a la tasa de cambio rublos-dólares, que sería de unos dos mil dólares estadounidenses, ascendentes en el mercado cambiario informal a poco menos de medio millón de pesos cubanos.
Pero el desmentido más rotundo dado a la declaración del MINREX desmarcándose de toda anuencia en el reforzamiento con mercenarios del Ejército de Putin —empantanado en Ucrania en una guerra de ocupación territorial de la que no se avizora el final— lo han dado a medios de Miami exmilitares cubanos en activo, pero que, por ley, son integrantes de la reserva de las Fuerzas Armadas Revolucionaria (FAR), ahora pagados y desplegados junto a soldados rusos en suelo ucraniano, quienes han dicho que, en todo caso, ellos serían tan mercenarios como los cubanos que fueron a Angola o a Bolivia, y que, pese a haber salido de Cuba legalmente, los oficiales de Inmigración no estamparon en sus pasaportes el cuño oficial con la fecha de salida y el nombre del aeropuerto por donde salieron, por lo que, de ajustarse a la realidad esas afirmaciones, las autoridades cubanas estarían borrando el rastro de esas personas, de las que no se sabría ni cuándo ni por dónde salieron de Cuba.
Entonces, cabe preguntarse: ¿No conocían, suponían o fueron alertados los oficiales de Inmigración, —órgano adscrito a la Seguridad del Estado— que el objetivo de los reservistas al viajar a Rusia era integrarse como mercenarios en las tropas enviadas por Putin a Ucrania?
Cuba en el mercado de mercenarios de Rusia tiene un estatus de nación favorecida por dos razones principales: primero, porque la inteligencia militar de Moscú conoce y le es fiable la capacidad operativa, disciplina y facilidad para adquirir conocimientos técnicos de los militares cubanos, por haberlos utilizados desde los años sesenta del pasado siglo como fuerza de apoyo, cuando la extinta URSS, de la que hoy es legataria la Federación de Rusia, emplazó una base de cohetes nucleares en Cuba, apuntando a Estados Unidos, dando origen a la Crisis de los Misiles, tiempo en el que el régimen castrista, actuando como Estado mercenario, cedió soberanía de suelo cubano a favor de Moscú; y, como segunda razón, pero de no menos confiabilidad estratégica, resulta el hecho tangible de que fueran tropas cubanas las empleadas por el Kremlin en África, dotadas con el armamento soviético más moderno —tanques, transportes blindados, cañones, aviones, helicópteros— y que luego se trajeron a Cuba, en el afán comunista de conseguir una equiparación de fuerzas continentales con Estados Unidos.
Puesto que al cumplir los 16 años los ciudadanos cubanos de sexo masculino obligatoriamente deben pasar por un período de entre dos años o 18 meses (los universitarios) el servicio militar (opcionalmente también pueden hacerlo las mujeres), es Cuba uno de los países del mundo con mayor entrenamiento militar en su población, si tenemos en cuenta que, una vez concluido el servicio reglamentario, los reclutas pasan a ser soldados de la reserva de por vida en edad militar, con períodos de entrenamiento, lo que los hace una fuerza operativa en cualquier momento. Por lo que no resulta raro que jóvenes cubanos con preparación en todas las armas —infantería, artillería, paracaidistas, pilotos o marinos— ofrezcan por dinero servicio militar a Rusia, al que consideran un país amigo y solidario, sentimientos que desde niños les fuera inducido en las escuelas por el dogmatismo estatal y hasta por sus propios padres.
Que el régimen castrocomunista pretenda mantener todo esfuerzo individual dentro de las férulas del Estado no es nuevo ni privativo del soldado de fortuna. El 25 de abril de 1959, a sólo meses de haber tomado el poder en Cuba, soldados castristas invadieron Panamá; y el 14 de junio del propio año 1959, despedida por el comandante Camilo Cienfuegos, por entonces jefe del Ejercito, partían rumbo a República Dominicana dos expediciones (una marítima y otra aerotransportada) comandadas por Delio Gómez Ochoa, que fuera segundo al mando de Fidel Castro en la Sierra Maestra; el 10 de agosto saldría otra expedición, que desembarcaría en Haití. Luego militares cubanos irían a Venezuela, a Argentina, a Bolivia.
De la expedición de Gómez Ochoa a República Dominicana, Fidel Castro dijo el 16 de junio de 1959 al periódico Revolución, antecesor de Granma, y en alusión a que él personalmente había apoyado a aquellas expediciones: “Eso es falso. Tales afirmaciones comprometen la seguridad de Cuba”. No resulta raro entonces que, liberado el comandante Delio Gómez Ochoa de su cautiverio dominicano el viernes 9 de junio de 1961, a su llegada a Cuba, en lugar de conducírsele a un lugar de reposo, fue conducido al cuartel general de operaciones de la Seguridad del Estado, en aquella época en Miramar, en 5ta avenida y calle 14, donde lo entrevistó el ministro del Interior Ramiro Valdés, quien le indicó mantenerse “en silencio”. Luego… ¿Por qué no dudar ahora de la declaración del MINREX si ya hace meses que soldados cubanos de la reserva integran el Ejército ruso en Ucrania?
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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