Partido Autónomo Pinero: Paz, Progreso y Libertad

LA HABANA, Cuba. – Aunque fue rebautizada por Fidel Castro como Isla de la Juventud en 1978, muchos aún la reconocen por su nombre original: Isla de Pinos. Por su situación geográfica y debido a la desidia de la administración castrista, este Municipio Especial, ubicado en la parte sur-occidental de Cuba, siempre ha estado aislado del resto del país tanto en lo político como en lo económico y social.

Por este motivo, la represión de los opositores ha sido mucho más fuerte e impune. Aunque muchos han sido acallados, otros tantos han conservado la responsabilidad y la valentía de enfrentar a la dictadura más larga y sangrienta de Cuba.

Los pineros, cubanos por excelencia y doblemente insulares, conservan y defienden la identidad y la libertad de su patria. El Partido Autónomo Pinero (PAP) constituye el movimiento opositor de más prestigio y masividad en la Isla. Desde el año 2006 trabajan por darle al territorio una representación política genuina y hasta la fecha cuentan con unos 222 afiliados y cientos de seguidores.

Para muchos estas cifras poco o nada significarían ante los miles de esbirros de la dictadura castrista; menos frente los más de 84 mil habitantes con que cuenta el municipio. Pero han logrado representatividad en cada una de las comunidades y una gran identificación con su labor.

Según Ramón Salazar Infante, Presidente del PAP, aunque muchos aprueban su trabajo, mantienen la distancia por miedo a las represalias del régimen. Otros, colaboran desde el anonimato.

“Somos muchos -declara- más incluso de lo que nosotros pudiéramos comprender. Tenemos un gran reconocimiento, lo cual nos muestra la medida del alcance de nuestro partido”.

Juan Michel López Mora, Jefe del Departamento de Relaciones Públicas PAP, indica que este reconocimiento del pueblo pinero constituye el más importante logro del Partido: “Cuando tienen algún problema no dudan en venir a este lugar a presentar sus problemas o dudas”. Y aunque muchas personas, luego de que los ayudan, “nos dan de lado -añade- eso no nos interesa, porque en nosotros está la pasión y el amor de trabajar por nuestro pueblo. Eso nunca va a desaparecer de nuestro partido”.

Cuenta Manuel Ismael Acosta, Asesor de PAP, que es tan grande y efectivo es el alcance popular de la organización, que el régimen impidió que sus directivos y muchos de los miembros salieran de sus casas a votar, en ocasión de las últimas elecciones para Delegados del Poder Popular.

La policía política al acecho

Hacer de la Isla una región próspera y segura, con una economía autosuficiente y sustentable; establecer un orden democrático donde el pueblo tenga una real participación, con un gobierno íntegro compuesto por los pineros; así como defender la libertad y el respeto a los Derechos Humanos, son algunos de los postulados del PAP. Ello les ha valido el asedio y represión constante del régimen.

Con su política intolerante, “el oficialismo ha tratado de degradarnos, minimizarnos y hasta satanizarnos”, denuncia Ramón Salazar. Dueños de todos los medios de comunicación en el país, contra su poder de propaganda poco o nada han podido hacer.

Por más de 20 años, Ramón ha estado en la oposición política pinera. Ha llegado incluso a comprometer a su familia, pues su esposa, Marta Pérez Arias, es la Jefa del Departamento de Derechos Humanos del PAP, y su hija, Dayanis Salazar Pérez, con apenas 18 años de edad, es la Secretaria Ejecutiva.

Los actos de repudio frente a su casa, sede del PAP, han sido sistemáticos. Durante el más reciente llegaron incluso a tirar excrementos.

Advierten que una de las alternativas del régimen ha sido amenazar la economía familiar. “Nosotros -cuenta Martha- por ser una familia opositora, somos constantemente asediados, multados, sancionados y reprimidos.  Te asedian de manera que tú no tengas ningún medio de subsistencia, porque lo primero que hacen es atacar la economía de un opositor para que tú termines desistiendo o trabajando para ellos”.

Ramoncito, como lo llaman sus amigos y familiares, ha tenido que recurrir al trabajo por cuenta propia. Posee un barco y, para sustentar a su familia e incluso las acciones del Partido, pesca; pero hasta en alta mar lo hostigan: “encapuchados han asaltado en medio del mar a mi esposo cuando ha estado pescando, se tiran con perros y revisan todo”, declara Martha.

Para su hija Dayanis, el acto de represión más fuerte sucedió hace pocos meses, cuando evitaron por todos los medios que estudiara Derecho en la Universidad.

El ataque a la familia ha sido el fuerte del régimen. A la de Juan Michel López Mora también la amenazaron e, incluso, “viraron a mi mamá contra mí”, refiere. “Yo le dije -apunta- si tú les das la razón a ellos, pues te quedas con ellos. Pero yo no voy a dejar la oposición”.

Para este joven de 20 años estar en la oposición política significa sentirlo en el alma, entender “que pueden venir mejores tiempos, que podemos confluir en una sociedad donde existan las diferencias políticas y donde cada cual pueda pertenecer a un partido sin necesidad de pelearnos ni reprimirnos por ello”.

Una alternativa viable

Según explica su Presidente, el PAP surgió como una necesidad de cambio tanto del pueblo pinero como a nivel nacional, “con el compromiso de ayudar a democratizar tanto a la Isla como a Cuba. Y es por eso que el PAP -agrega- independientemente de ser una organización territorial, coincide con organizaciones nacionales que respaldan la libertad y la democracia en Cuba”.

Ante la falta de representatividad de los gobiernos de la Isla, comprendieron que la única forma de alcanzar la prosperidad del territorio era si ellos mismos impulsaban las iniciativas. Para tal objetivo, cuentan con un amplio programa económico, político y social; y han desplegado acciones educativas y de difusión en las comunidades, recabando el apoyo y comprensión de sus postulados de Paz, Progreso, Libertad, Unidad, Oportunidad y Autosuficiencia.

Trabajan armónicamente con la sociedad pinera, atendiendo situaciones sociales tanto materiales como de instrucción sobre la ley.

Martha Pérez Arias manifiesta que constantemente se han enfrentado a las autoridades por la defensa de los derechos del pueblo; una de ellas fue ante el desalojo de una familia a la que, ante el reclamo y denuncia, finalmente le asignaron unas tierras para poder producir alimentos.

De igual forma, López Mora expone que las propuestas del programa del partido han sido muy amplias, y abarcan desde la agricultura hasta la educación de las nuevas generaciones. Plantea además que, pese a que el gobierno no les reconoce su activismo o autoría, muchos de sus planteamientos se han aplicado con el tiempo. Por ejemplo, la posibilidad del trabajo por cuenta propia y de las ventas de propiedades, así como el establecimiento de un Gobernador municipal, recogido en la nueva Carta Magna.

El joven hace un llamado también al pluripartidismo: “Nosotros no queremos estar solos. Necesitamos más grupos, más personas que se sumen; porque cuando hay competencia, hay desarrollo, y cuando hay desarrollo, hay un avance; y eso es lo que nosotros queremos para nuestro pueblo. Por eso exhortamos a todas las personas a trabajar por nuestra Isla, pero también por nuestro país”.

Esta organización es heredera de la Fundación Isla de Pinos de Derechos Humanos y Fomento Territorial (FIPDHFT), de la que fue Salazar Infante su Secretario y Manuel I. Acosta, su Presidente. Acosta se vio forzado al exilio en 2004 debido a la represión de la dictadura, que lo expulsó de su centro de trabajo y amenazaba a sus familiares. Para él, el PAP “tiene en sí el genuino sentir y legítimas aspiraciones de vida de los pineros, residentes permanentes en el territorio insular de la Isla de Pinos; por eso cuenta con la simpatía y apoyo de muchos dentro y fuera de Cuba”.

Actualmente, los integrantes del PAP están inmersos en la constitución de una bandera para la Isla de Pinos, como forma de comprometer a todos los pineros con su identidad.

Como alternativa al desastre político y administrativo del régimen castrista, para Manuel I. Acosta, el trabajo del PAP es muy viable y meritorio. Por lo que considera que es de vital importancia para el pueblo pinero, que el PAP reciba el apoyo moral y logístico de las fuerzas de la libertad y la democracia.

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