LA HABANA, Cuba.- A pesar de todos los problemas que ha afrontado la economía cubana en los últimos años, de los que no escapa el sector de la construcción, la creación de nuevas habitaciones en los hoteles que utiliza generalmente el turismo internacional ha ido en aumento.
Si analizamos el sexenio 2014-2019, de acuerdo con cifras emitidas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), notamos que año tras año el número de habitaciones se ha incrementado. Por solo citar los extremos vemos que en el 2014 había 53 290 habitaciones; mientras que en el 2019 la cifra ya alcanzaba las 76 687 unidades.
Sin embargo, los planes de construcción de viviendas no han corrido la misma suerte. El año 2020, por ejemplo, reportó incumplimientos en el programa estatal de construcción de viviendas, y en la edificación de estas por subsidio a la población; este último de suma importancia al tratarse de las denominadas células básicas habitacionales, destinadas a las personas más vulnerables de la sociedad.
El programa estatal se cumplió al 92%, y el de las células básicas al 61%. Al cierre del 2020 se acumulaba un atraso de 12 201 células básicas, las cuales, paradójicamente, tenían su financiamiento asignado desde el 2012.
Trascendió igualmente que el país presentaba un déficit de viviendas ascendente a 862 879 unidades.
En días pasados apareció en el periódico Granma (“¿Cómo marchan las construcciones en medio de la pandemia y la intensificación del bloqueo?”, edición del 23 de agosto) una entrevista con el ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña, en la que se dieron a conocer los incumplimientos durante el primer semestre del actual 2021. De un plan general de 44 652 viviendas a ser concluidas, solo se habían terminado 9 323, para un escaso 21%. El programa estatal alcanzó el 26%, mientras el de las células básicas se quedó solo en el 11%.
La calidad de las viviendas construidas en los últimos tiempos, por lo general, deja mucho que desear. En ocasiones las brigadas constructoras entregan las viviendas sin la totalidad de las instalaciones sanitarias, con filtraciones en las paredes, y sin la cantidad requerida de puertas y ventanas debido a la escasez de madera.
Muy vinculado con este asunto de la calidad de las viviendas, se supo por boca del ministro que el programa de rehabilitación -que comprende las reparaciones de viviendas y la eliminación gradual de las cuarterías- únicamente llegó en el semestre al 17%.
Otras fuentes han indicado que de un fondo habitacional de 3 946 742 viviendas con que cuenta el país, 1 452 852 se hallan en regular o mal estado constructivo.
En este sentido causó impacto un reportaje aparecido en el periódico Juventud Rebelde, con fecha 25 de julio de 2019, en el que se informaba que solo en la provincia de Granma había alrededor de mil viviendas con piso de tierra. Y todo eso sucedía cuando el mandatario Miguel Díaz-Canel Bermúdez anunciaba en ese propio año 2019 la creación de una Nueva Política de la Vivienda, que, según él, resolvería a mediano plazo el problema habitacional del país.
Desde hace tiempo las autoridades de la nación esgrimen una serie de factores que inciden en los incumplimientos de los planes de construcción de viviendas. Entre ellos, el éxodo de constructores estatales hacia el trabajo por cuenta propia, el déficit de los materiales de construcción, problemas organizativos, así como las dificultades con el traslado del cemento hacia las provincias orientales del país.
Mas, al constatar cómo avanzan las obras destinadas al turismo, cualquiera podría imaginar que también existe falta de voluntad para lograr el despegue de un asunto tan sensible para la población.
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