EDUCACION
¿La merienda escolar una igualdad social?
LA HABANA, Cuba - 11 de octubre (Richard Roselló
/ www.cubanet.1eye.us) - No es para menos. Las quejas
sobre la merienda escolar y el menosprecio por
los educandos cubanos que la consumen siguen golpeando
sus estómagos y generando entre los padres
una mayor incertidumbre.
Esta alternativa, fue puesta en marcha hace más
de dos años como parte de los cambios que
el gobierno de La Habana aprobara en aplicación
a la docencia educacional del país en su
proyecto de la "Batalla de Ideas". Su
fin es el de "revolucionar" la educación
y la enseñanza de las presentes y futuras
generaciones, según profesan.
El beneficio de la merienda escolar se aplica
a seminternados de Escuelas Secundaria Básicas
Urbanas (ESBU) carentes de comedores estudiantil.
El presente acuerdo parece comprometer a un mejor
aprovechamiento del estudiante al estudio.
Los adolescentes entre 11 a 14 años tienen
que permanecer en sus escuelas durante 8 horas
recibiendo el nuevo y avanzado ciclo de estudio
mediante medios de comunicación masiva
de televisión y ordenadores con la tutoría
de un maestro.
La merienda escolar consiste en un pan de 100
gramos acompañado, unas veces, con queso,
otras con dos croquetas o hambergues y 8 onzas
de refresco en polvo para todo el día.
El resultado es que al cabo de estos dos años
de instaurarse el menú, la mayor parte
del estudiantado le hace un rechazo rotundo. Dicen
que es por la repetición y falta de calidad.
Los productos están mal elaborados y el
refrigerio está caliente, lo que han generado
continuas protestas de los padres a las dirección
de las escuelas. Pero el asunto tiene un poder
de persistencia sin solución.
El país no tiene recursos de almuerzo
para los estudiantes, han dicho sus directivos
a los familiares. Pero tampoco, ha pdido reforzar
sus meriendas, al menos con yogur u otras opciones.
Algunos padres con mayores entradas económicas
envían a sus hijos a las escuelas con el
almuerzo preparado. Otros, violando lo establecido,
prefieren llevárselos en sus horarios de
almuerzo conocidos por el de la merienda.
A pesar de todos los inconvenientes, ciertos
alumnos tienen que cargar en sus mochilas el peso
de sus libros y su alimentación, lo que
crea una desigualdad que no siempre beneficia
a los más aventajados.
"Por desgracia, esto ocurre en el país
que promulga la igualdad social. Y sobre pilares
como esta, se sustenta el tambaleante proyecto
de la 'Batalla de Idea'", comentó
un padre cuyo infortunio familiar no alcanza para
alimentar con almuerzo a sus dos hijos por el
alto costo que los alimentos se encuentran en
los mercados.
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