LA HABANA, Cuba. — El 10 de mayo de 1908 nació Bohemia como revista de perfil general, para todo tipo de público. Fundada por Miguel Ángel Quevedo Pérez, salía con frecuencia semanal y publicaba análisis sobre temas políticos e históricos. Contenía además información deportiva, artístico-literaria y una sección dedicada a la moda.
Bohemia está considerada la más completa y famosa de las revistas cubanas, la única que prevaleció durante cincuenta años de República, registrando los más importantes acontecimientos históricos. Si se quiere conocer en detalle cómo era la Cuba anterior a 1959, la revista Bohemia, por sí sola, constituye un archivo inestimable.
En cada una de sus ediciones aparecían artículos de los más prestigiosos periodistas e intelectuales cubanos. En 1927 su dirección editorial fue asumida por Miguel Ángel Quevedo (hijo), y a partir de 1930 fungió como un termómetro de la convulsa vida política del país. Fue la primera de su tipo en publicar imágenes a color de las obras de los artistas plásticos cubanos más prestigiosos de la época.
Los cubanos esperaban su tirada cada semana, pero Bohemia llegó también a otros países de América Latina, donde era muy apreciada por su factura, variedad y objetividad. Fue un medio muy comprometido con las causas sociales y las luchas populares. En ella se publicaron artículos contra la dictadura de Fulgencio Batista y a favor del Movimiento 26 de julio, algunos firmados por Fidel Castro, quien, apenas se hizo con el poder, mostró sus verdaderas intenciones.
La censura del nuevo orden político sobre la prensa libre hizo que Quevedo saliera de Cuba en 1960, por no estar de acuerdo con la ideología castrista. A partir de entonces, Bohemia se convertiría en una dependencia del Partido Comunista de Cuba, plegada a los designios de una dictadura peor que la anterior, que no dejó una sola tribuna para la libertad de expresión e hizo de la prensa un instrumento cómplice de la mentira y la represión.
Tanto las crisis económicas como las sucesivas olas migratorias afectaron la asiduidad de la publicación, cuya calidad declinó rápidamente. Hace décadas que Bohemia dejó de salir con frecuencia semanal, y hoy no aparece siquiera en los estanquillos. Cuando lo hace, trae información desactualizada y poco atractiva. Su trayectoria gris, posterior a 1959, es quizás el ejemplo más lamentable de lo que hizo el castrismo con el patrimonio impreso y los medios de comunicación heredados de la república.