MADRID, España.- Buenavista, en la costa del océano Atlántico, al centro norte de Cuba, forma parte del archipiélago Sábana-Camagüey y se extiende por las provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.
Declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en julio de 2000, en 2002 se adhirió al Convenio de Ramsar —humedal de importancia internacional por su riqueza biológica—. La extensa zona comprende espacios terrestres y marítimos, pero a diferencia de las demás reservas de Cuba, casi sus dos terceras partes son áreas marinas.
En Buenavista habitan más de 800 especies de la flora y la fauna, de las cuales unas 170 son endémicas; alrededor de 20 están amenazadas de extinción, entre las que se destaca el manatí, el mayor de los mamíferos del archipiélago. Otros de sus moradores son el majá de Santamaría, la grulla —ave silvestre más grande del territorio nacional, con poblaciones en la Ciénaga de la Guayabera, en Yaguajay— el tocororo, el murciélago mariposa, el zunzuncito —el ave más pequeña, localizado en Guamuhaya y en la costa entre Cienfuegos y Trinidad—, y la única esponja cavernícola de agua dulce conocida en el mundo.
La reserva incluye el Parque Nacional Caguanes, en la orilla sur de la bahía, con abundancia de sitios arqueológicos aborígenes, y donde sobresalen los Cayos de Piedra, formación exclusiva de su tipo en el país, situada también en Yaguajay, compuesta por los cayos Ají Chico, Ají Grande, Ajicito, Cayo Ermita ─el de menor tamaño─ y Cayo Fábrica, con la mayor área cársica, cuenta con la playa Los Lirios y la cueva de igual nombre, por la presencia de esas plantas, y un puente natural formado al desplomarse parte del techo de una cueva.
En todos los cayos hay iguanas, y pinturas rupestres en los de La Aguada, Lucas, Fábrica, Caguanes –que da nombre al Parque Nacional, con las cavernas Humboldt y de Los Chivos y la Cueva Ramos, pródiga en pictografías— y Salinas; allí, en la Cueva de los Niños, se halló hace mucho tiempo un enterramiento colectivo de 16 niños aborígenes, con ofrendas de bolas de piedras pulimentadas y dagas.
También se observan pictografías en las cuevas del Pirata, Grande, del Lago y Las Conchas. Otras zonas de gran interés son los Refugios de Fauna (Las Loras y Cayo Santa María), las Dunas de Pilar, Boquerón, La Chucha y Loma La Tasajera y la Reserva Ecológica Cayo Francés. Abundan las partes cenagosas, como la Ciénaga de Guayaberas.
Sin embargo, años después de ser declarada reserva de la Biósfera, investigaciones y publicaciones, incluso de medios oficialistas, alertaron sobre la contaminación de la bahía de Buenavista. El periódico provincial Escambray, en el artículo “Bahía de Buenavista”, ha referido que: “Durante mucho tiempo, la Bahía de Buenavista fue receptora de grandes cargas contaminantes provenientes de tres centrales azucareros y una planta de torula, cuyos vertimientos incidieron negativamente en la calidad ambiental de las aguas litorales con episodios de turbidez, degradación del manglar, modificación de los fondos marinos, mortalidad importante de peces y de la flora acuática (…), lo cual produjo alteraciones en la composición y número de especies”.
En 2014 en http://scielo.sld.cu, se anotaba: “En la bahía Buenavista, la pérdida de la calidad del agua se atribuye a las descargas de las fuentes contaminantes puntuales como los generados la industria”.
En un trabajo para este medio el escritor y activista Pedro Manuel González Reinoso se refirió a la polución ascendente en salíferos y márgenes de la región.