MADRID, España.- El camarógrafo cubano Vladimir Tápanes, residente en Turquía, fue testigo del terremoto que azotó el norte de ese país y el sur de Siria en la madrugada del pasado lunes.
En reciente entrevista con el canal estadounidense Telemundo 51 relató que esa noche lo despertó “una cosa, un movimiento súper raro, algo que nunca había vivido: se movía el piso, el techo, las paredes, las camas. Todo se movía”.
Tras el terremoto, que tuvo una magnitud de 7,8 en la escala de Richter, “donde tú veías todos los días un edifico, ahora tú ves una bola de escombros y con muchas personas trabajando, y están tratando de rescatar sobrevivientes y a media que pasan los días lo que están tratando de rescatar es cadáveres”, explicó.
Después del primer terremoto, puesto que luego se sintió un segundo sismo, Vladimir Tápanes tomó a su esposa Adana por el brazo, y salieron de su apartamento en medio de las bajas temperaturas. Algunas horas después regresaron a la casa. Con el segundo terremoto volvieron a salir corriendo.
“La cara de las personas, la expresión de los ojos, te das cuenta que no hay un cineasta que sea capaz de reproducir una vista así, ni actor que pueda interpretarlo”, describió el camarógrafo a Telemundo 51.
Desde que ocurriera este terremoto, cuyo epicentro se registró cerca de la ciudad de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía y a pocos kilómetros de la frontera con Siria, se han reportado más de 22 000 personas fallecidas y unos 80 700 heridos.
Durante las últimas horas los rescatistas, que han llegado de todas partes del mundo, han logrado salvar a muchos de los sobrevivientes que permanecían bajo los escombros, entre ellos niños.
Este jueves la Organización Mundial de la Salud señaló que los sobrevivientes, muchos de los cuales perdieron su hogar, podrían enfrentar “un desastre secundario” pues el frío y la nieve provocan “condiciones horribles que empeoran”.