LA HABANA, Cuba.- En estas semanas ha sido noticia la marcha de la campaña electoral que avanza en la fraterna Venezuela de cara a los comicios presidenciales señalados para el venidero 28 de julio.
Entre las múltiples candidaturas presentadas, descuellan dos: la continuista de Nicolás Maduro, y la de Edmundo González Urrutia, quien ante la arbitraria negativa oficialista a inscribir a la lideresa opositora María Corina Machado o a su sustituta y tocaya, la profesora Yoris Villasana, es quien ahora encarna las mayores aspiraciones prodemocráticas.
De entrada, esta situación resulta insólita para nosotros los cubanos. Con todo y los atropellos que se perpetran en la Patria del Libertador —o en Bolivia o Nicaragua, si al caso vamos—, es un hecho cierto que en todos esos países se sigue admitiendo, en principio, la existencia de candidaturas alternativas, lo que incluye las que proclaman ser diametralmente contrarias a las ideas del socialismo burocrático.
Los candidatos continuistas
En esos otros países hermanos no resulta raro constatar el favoritismo descarado de las autoridades hacia los candidatos continuistas o la represión brutal en provecho de estos (como hace Ortega en Nicaragua). En Cuba no. Aquí el castrismo, para asegurar su perpetuación en el poder, ideó un sistema en el cual el número de los candidatos es igual al de las curules parlamentarias a cubrir.
Con ello se asegura la “victoria” de todos los postulados, lo cual garantiza la existencia de un legislativo unánime… Para colmo, incluso para la votación del Presidente de la República (en la que sólo participan los 470 diputados) se nomina a un solo ciudadano. ¿Se asombra alguien de que siempre salga el escogido desde el poder!
Pero insisto en que, hasta el momento, en otros países del “socialismo del siglo XXI” se han librado de esas mojigangas tan descaradas. Las tácticas que se emplean para garantizar el continuismo oficialista pasan por el empleo de otras tácticas, como la proliferación de las candidaturas opositoras encaminadas a dividir el voto antigobiernista (¡en Venezuela ahora mismo hay ocho!) o la manipulación de los resultados electorales.
Las encuestas
Este lunes, en el diario Panam Post, que se autoproclama como “la principal fuente de noticias y análisis sobre América”, salió publicado un documentado trabajo del colega José Gregorio Martínez. Su título refleja la esencia de la nueva modalidad de manipulación electorera empleada por los chavistas: “La verdad sobre las cinco encuestadoras de maletín que dan ganador a Maduro”.
Es el caso que, como quiera que en el referido país hay múltiples candidatos, es natural que haya sondeos que se supone que aspiren a adelantar cuáles puedan ser los resultados de la elección presidencial. Los de las empresas más serias y antiguas coinciden en dar como favorito a Edmundo González Urrutia. Los porcentajes varían —cosa natural—, pero todas coinciden en señalarle al mencionado opositor entre 11 y hasta 37 puntos de ventaja sobre Maduro.
No sucede lo mismo con las “encuestadoras de maletín” que menciona el referido trabajo periodístico. El colega José Gregorio, venezolano él mismo y profundo conocedor del tema, hace un detallado análisis de cada una de las empresas que vaticinan el triunfo de Maduro.
Al hacerlo, señala la improvisación que caracteriza a las empresas mismas y a los resultados espurios que ellas proclaman. También denuncia la festinación con la que han actuado, guiadas por el único propósito de consolidar de algún modo la candidatura oficialista.
El Partido único
En nuestra islita sometida al castrocomunismo, los informativos no son muy partidarios de hacer alusión a esas encuestas (de las cuales no resulta acertado decir que estén “maquilladas”, sino que resulta más acertado calificarlas como “disfrazadas”).
Al parecer, los burócratas del tenebroso Departamento Ideológico del único partido cubano consideran que, para sus súbditos sometidos a la verdadera “dictadura perfecta” (donde todos los votos son para los candidatos a diputados postulados por el régimen), representa un ejemplo malo y contraproducente eso de hablar de candidaturas alternativas y preferencias de voto.
Es más bien la emisora chavista TeleSur (que también cuenta con un canal aquí) la que aborda esos temas. Y lo hace, por cierto, de forma tendenciosa y sectaria.
Porque cabría esperar que, como se trata de un órgano de prensa oficialista, esa televisora favorezca en sus coberturas al candidato a ser reelecto… pero no que los actos de campaña de este sean los únicos que se reflejan de algún modo en sus transmisiones.
¿Un cambio?
En conclusión, en Venezuela, con todo y las dificultades existentes, los ciudadanos tienen razonables aspiraciones a cambiar la sombría realidad actual por medio del voto ciudadano.
En Cuba el régimen castrocomunista no otorga esa posibilidad. Y en vista del continuismo existente en nuestra Isla y de la situación catastrófica que ella padece, la posibilidad del inicio de un cambio real, en la situación del día de hoy, hay que situarla, por el momento, en la próxima reunión del Comité Central del único partido, señalada para los días 5 y 6 de julio próximo.
Veremos si en esa fecha sucede algo que amerite este comentario final o si, por el contrario, todo se limita a reafirmar en el poder al mismo equipo actual de ineptos y a continuar por la misma senda que sólo ha conducido al hambre, la miseria y la desesperación de los cubanos.
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