GUANTÁNAMO, Cuba. – En la Prisión Provincial de Guantánamo se han adoptado varias medidas para prevenir la posible entrada al penal del nuevo coronavirus. Además de las órdenes generales del Gobierno, que también han afectado a las cárceles, en el centro penitenciario de Guantánamo han dispuesto pomos de cloro en la puerta de cada destacamento. Ahora se realizan pesquisas diarias para detectar quién presenta síntomas de catarro, se reparte a los reclusos una infusión poco después de la comida, y se impide que las personas que hayan viajado fuera del país en el último mes entren al penal. Las visitas se mantienen limitadas a una sola persona por preso.
Sin embargo, la calidad de la comida continúa siendo deplorable. A pesar de que se ha informado sobre la vulnerabilidad de los adultos mayores (reclusos con más de 60 años) ante la COVID-19, muchos de ellos se mantienen en cubículos donde conviven hacinados con casi dos decenas de personas.
Lo lógico sería que, en circunstancias como estas, el Gobierno diera alguna muestra de compasión e indultara a aquellos a los que les falta poco tiempo para concluir su condena; o que adelantara algunos beneficios, como desean muchos reclusos.
Sin embargo, la realidad es bien distinta: las arbitrariedades de la Fiscalía Provincial de Guantánamo, de la Policía y de los tribunales continúan. A pesar de las llamadas públicas del gobernante de Cuba, Miguel Díaz-Canel, para que se respondan las quejas de los ciudadanos, este corresponsal de CubaNet ha encontrado aquí reclusos que esperan, en vano, respuestas escritas de las altas instancias del Gobierno. Otros, incluso, presentaron la revisión de su causa seis meses atrás, pero solo han recibido silencio de vuelta.
Huelga de hambre y descontento
El opositor pacífico Eyder Frómeta Allen continúa la huelga de hambre que inició el pasado 12 de marzo, según informó a CubaNet una fuente que exigió anonimato por razones de seguridad, este miércoles 25 de marzo.
La información se obtuvo mediante una carta escrita por el propio opositor, quien lleva 13 días sin probar alimentos. Según refiere en dicho documento, las autoridades de la prisión lo sacaron de la celda de castigo y lo enviaron al destacamento 4B, cubículo 17, donde se halla durmiendo en el piso, porque se niega a recibir colchón ni otros bienes mientras no se respondan sus reclamos.
Frómeta Allen pide que se le exonere de responsabilidad penal por una nueva causa que le imputan las autoridades carcelarias: haber respondido a la agresión injustificada de otro recluso.
En la misiva, también refiere que no le permitieron hablar con su familia. No obstante, no va a deponer su actitud aun padeciendo fuertes dolores en los riñones.
Frómeta Allen sostiene que las autoridades no le permiten ver a su familia para evitar que el caso se conozca a nivel internacional y que al propio tiempo se dé a conocer el hacinamiento a que hemos sido sometidos los reclusos de los destacamentos 2B y 2C.
El opositor cubano clasifica como recluso primario. No obstante, lo ubicaron en un destacamento con reclusos reincidentes. Sus pertenencias quedaron en la celda. De la misma forma que él, desde el pasado 12 de marzo permanece en huelga de hambre el preso Yaunier Gorzuet Cisneros.
Prisión Provincial de Guantánamo
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