MIAMI, Redacción. – Miembros del Foro por los Derechos y Libertades han hecho público un documento donde declaran que la apertura de las embajadas en Cuba y Estados Unidos “no contribuirá a un mayor respeto de las libertades fundamentales”:
Declaración del Foro por los Derechos y Libertades
El día 17 de diciembre muchos cubanos, dentro de la isla y en el exilio, fuimos sorprendidos con las declaraciones conjuntas del presidente Barack Obama y el dictador Raúl Castro. Lo más asombroso no era el inicio de un proceso de negociación política con el régimen sino la ausencia de un petitorio por parte del gobierno norteamericano y la negación explicita de la visión de amplios grupos de cubanos comprometidos con la promoción de la democracia y los derechos humanos.
Siete meses después, la apertura de embajadas sella un momento inicial en este cuestionable proceso.
Como alertamos, la represión se ha recrudecido. El régimen mantiene total control, sobre cualquier política que pueda tener un impacto positivo en la población cubana. Raúl Castro ha sido enfático, en su discurso y actuación: “no cederemos ni un milímetro”. El canciller de la dictadura lo ha refrendado en Washington: “Los cambios ya ocurrieron en 1959”.
Los Estados Unidos, como nación, han refrendado históricamente su compromiso con la defensa de la democracia y las libertades fundamentales. El ejecutivo norteamericano afirma, que su política actual contiene los valores de los padres fundadores como guías. Que el paso de restablecer relaciones, ayudará a crear una mayor responsabilidad del régimen en el tema del respeto a los derechos humanos.
Sin embargo, consideramos que esta apertura legitima a la dictadura más larga y desastrosa del hemisferio. Tenemos amplias y justificadas pruebas de que el nuevo escenario, tal y como esta planteado hoy, no contribuirá a un mayor respeto de las libertades fundamentales.
Si los Estados Unidos y la comunidad internacional en general, no logran una política coherente hacia el régimen, los cubanos pagaremos un mayor costo en el camino a la democratización de nuestra nación. La primacía de un falso pragmatismo frente a un compromiso real con nuestra nación, representa un posicionamiento lamentable.
Urge frenar la brutal represión del régimen, acrecentada después del 17 de diciembre. Urge que se presione a la dictadura a adquirir compromisos firmes con una transición democrática. Urge también que se cumpla en hechos y no solo en discursos, que el pueblo cubano sea el verdadero beneficiado con cualquier política hacia la Isla.
La nación cubana merece vivir en democracia. Nuestro compromiso con ello es total.