MIAMI, Estados Unidos. – La sabiduría popular no se equivoca cuando dice que una mujer embarazada tiene que comer por dos. Recientemente, investigadores australianos en el campo de la Biología Evolutiva han constatado que las mujeres embarazadas necesitan unas 50.000 calorías por encima del consumo calórico normal durante los nueve meses de gestación. Así lo aseguran en la revista Science los académicos Samuel Ginther y Dustin Marshall y su equipo de la Universidad Monash en Melbourne.
La cifra equivale a ingerir como promedio 182,48 calorías diarias adicionales al ingreso calórico recomendado (que es de unas 1.600 calorías diarias) y, específicamente, 350 calorías adicionales a diario durante el segundo trimestre del embarazo y 450 durante el tercer y último trimestre. Si la nueva madre planifica amamantar al recién nacido, necesitará entre 450 y 500 calorías sobre el consumo calórico promedio diario.
Una embarazada tiene que proveer energía no solo para mantener su propio metabolismo sino para desarrollar el feto. El cuerpo anfitrión usa el 96% del ingreso calórico para sus propias funciones metabólicas mientras el restante 4% lo utiliza para el feto en desarrollo. Luego de analizar estudios metabólicos con hembras encinta de 81 especies mamíferas, el equipo de científicos mencionado concluyó que las mujeres embarazadas soportan un alto costo de desgaste y de urgencias calóricas porque el período de gestación es largo, de nueve meses.
Aunque la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) estableció requisitos alimentarios para Cuba de 2.400 calorías diarias, en general, las mujeres necesitan como mínimo 1.600 calorías para cubrir todas sus necesidades energéticas. Para eso, deben ingerir entre 46 y 50 gramos de proteína diarios (carnes, pollo, pescado y mariscos, frijoles, lentejas, nueces, semillas, productos lácteos y verduras, entre otros).
Carnes, pollo, pescado y mariscos, frijoles, lentejas, nueces, semillas, huevos, granos, lácteos, vísceras, verduras… ¿Suena esta lista de alimentos como la lista de lo que come a diario el cubano promedio? ¿Es lo que comen las cubanas, embarazadas o no?
Un cuerpo desnutrido comienza a utilizar sus reservas de grasa para sobrevivir, pero si por desnutrición el cuerpo agota sus reservas de grasa y no aumenta su consumo de nutrientes, empezará a quemar músculo y hueso. Imaginemos a una embarazada en esas circunstancias. En ese momento, el cuerpo entra en una fase de hambruna; la mujer comienza a perder funciones cerebrales, además de fuerza muscular.
Durante el Período Especial, la ingesta del cubano se redujo a 1.863 calorías diarias. Según el investigador Manuel Franco y su equipo, cada cubano adulto perdió entre el 5% y el 25% de su peso corporal de 1990 a 1995.
¿Qué podríamos decir, entonces, de la alimentación de las cubanas, y especialmente de las cubanas embarazadas y sus hijos recién nacidos? Muy sencillo: el feto no se desarrollará normalmente ante la deficiencia nutricional, y su peso al nacer será bajo; el parto puede presentarse prematuramente y la criatura podrá padecer discapacidad auditiva y visual y retraso en el desarrollo neurológico, así como predisposición a ciertas enfermedades.
Madres cubanas, las primeras que protestan
¿Será el instinto de conservación lo que ha llevado a las cubanas hacia el epicentro de las protestas populares en la Isla?
Siete madres cubanas se plantaron el pasado 15 de mayo frente a la sede del Gobierno de Marianao, en La Habana, para reclamar soluciones a sus problemas de vivienda y alimentación. Nilda Noriega también protestó. “Yo no puedo estar sentada en un lugar pensando qué le voy a dar de comer a mis hijos. Mientras no tenga nada voy a dar tremenda guerra”, comentó a CubaNet recientemente la madre de cinco menores de edad.
En 2021, cientos de madres cubanas lanzaron en redes sociales la etiqueta #LecheParaLosNiñosCubanos. A principios de 2023, la joven Amelia Calzadilla, sacudió a la sociedad cubana cuando le cantó las cuarenta a Miguel Díaz-Canel y a las autoridades del régimen en una directa de Facebook. Las redes sociales se inundaron con mensajes de apoyo a su discurso. Ella es solo una de varias madres que a través del móvil han exigido soluciones a la crisis económica.
En octubre de 2023, un grupo de madres protestó en la comunidad La Favela, en el municipio guantanamero de Maisí. Estas cubanas, desesperadas por la escasez, se lanzaron a obstruir el paso en una carretera y a protestar junto a sus hijos. Bloquearon el camino con tanques de agua vacíos y gritaron “Patria y Vida” y “Esto es un abuso” hasta que agentes de la dictadura las dispersaron.
En octubre de 2022, la madre de un niño enfermo se plantó con sus muebles en calle Cuba, en La Habana Vieja, a gritar que su hijo estaba enfermo y que ella estaba durmiendo en el piso. Las vecinas la apoyaron en su protesta y la Policía intervino para desbloquear el paso.
Las madres cubanas han llevado sus quejas frente a la casa del mismísimo gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel.
Yaquelín de la Caridad Rodríguez, una de las madres que protestó frente al Ministerio de Salud Pública de Cuba en La Habana en noviembre de 2023, dijo a Martí Noticias: “Las mujeres con hijos nos volvemos leonas por la situación que tenemos con nuestros hijos”.
Y sí, leonas desnutridas, mal alimentadas, acosadas y amenazadas por los amos de la finca del “comandante”, pero leonas, al fin y al cabo. Hoy urge más que nunca analizar la crisis nacional desde una óptica de género. El hambre es una urgencia feminista.
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