GUANTÁNAMO, Cuba. – La provincia de Guantánamo cerró el año 2018 con el peor índice de mortalidad infantil de Cuba al registrar 7.3 fallecidos por cada mil nacidos vivos, informó ayer el periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Según el medio oficialista, el país alcanzó por segundo año consecutivo la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia, 4.0 por cada mil nacidos vivos, siendo el municipio especial Isla de la Juventud el de mejores números (2.1) seguida de Camagüey (2.6), Cienfuegos (2.7), Granma (2.8) y Sancti Spíritus (2.9).
Como se aprecia, Guantánamo está a 5,2 puntos de la provincia con mejor índice y a 3,3 puntos del índice promedio del país. Una situación que demuestra que las autoridades del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de la provincia no han sido capaces de resolver un problema que se repite año tras años no solo con la tasa de mortalidad infantil, sino también con en la tasa de mortalidad materna.
Aunque Granma no ofreció ningún dato con respecto a este otro importante indicador, el índice de mortalidad materna de Guantánamo es también de los peores del país. Un documento publicado en Internet, titulado “2017, Situación de Salud en Cuba”, firmado por la doctora Sonia Bess Constantén, Directora de Registros Médicos y Estadísticas del MINSAP, da cuenta de que Guantánamo cerró ese año con una tasa de mortalidad materna de 63.5 por cada 100.000 nacidos vivos, superando únicamente a Ciego de Ávila (63.9) y a Cienfuegos (72.7).
En la intervención de clausura de la visita de trabajo realizada a la provincia el pasado mes de noviembre, recogida por el diario provincial Venceremos, el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez aseguró estar insatisfecho al visitar el hospital general Dr. Agostinho Neto y que la nueva dirección debe resolver los problemas en la atención y procederes ginecoobstétricos que inciden en la mortalidad infantil y materna, así como en otras áreas, e investigar las quejas de la población y responderlas.
Lo que no publicó entonces Venceremos fue que al visitar el hospital provincial varios ciudadanos abordaron al Díaz-Canel y se quejaron de los servicios que presta el único centro de salud de esa categoría en la provincia, ubicado, además, en la ciudad en la sexta ciudad más poblada de Cuba.
Según comentó a CubaNet un trabajador que se encontraba de guardia en el servicio de urgencias, el presidente fue llevado por las autoridades de la provincia hacia un área del hospital que se conoce como la “Sala del Almirante”, la cual ha sido acondicionada de forma conjunta entre el gobierno cubano y las autoridades norteamericanas de la Base Naval para dar respuesta a un evento meteorológico o sísmico de gran magnitud en el caso de que el hospital del enclave militar norteño no pueda asimilar a todos los heridos. Sin embargo, muchos ciudadanos comenzaron a llamar al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y a pedirle que subiera “hasta la Sala 8”, nombre de una película norteamericana de terror donde todos los pacientes de un hospital eran asesinados en una sala con ese número. En Guantánamo los ciudadanos han rebautizado así a la sala donde están hospitalizadas las embarazadas debido al alto índice de muertes maternas que allí se registra.
Una enfermera que se encontraba de guardia, quien pidió que no reveláramos su identidad, dijo a CubaNet que Díaz-Canel visitó esa sala, preguntó a las pacientes por las condiciones de su estancia y estas se quejaron de la mala calidad de la alimentación, de la higiene y del trato. Algunas llegaron a manifestarle que había que tener relaciones y hasta hacer regalos para poder ingresar en el hospital, un centro donde los médicos trabajan en pésimas condiciones y donde la atención es objeto de quejas por parte de los pacientes y sus familiares. Hubo una paciente que, ante la pregunta del gobernante de cuántas veces le servían carne en las comidas, le respondió que hacía bastante tiempo no lo hacían y que ese día habían servido pollo porque se sabía que él iba a visitar el hospital. Otra paciente añadió que los mercados habían sido surtidos en esos días debido a su visita, pero que en Guantánamo se pasa mucha hambre.
Quizás esas fueron las causas por las cuales el presidente refirió sentirse insatisfecho con su visita al hospital provincial, la cual, sin dudas, sacó a relucir un problema de larga data gracias a la insistencia de los ciudadanos que le pidieron que visitara esa sala.
Apenas un mes después, la presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular en Guantánamo, señora Nancy Acosta Hernández, fue “promovida” a funcionaria del equipo de trabajo del Vicepresidente primero Salvador Valdés Mesa, según publicó entre loas a su trabajo el periódico Venceremos.
Estoy seguro de que esas loas no son compartidas por los familiares de las guantanameras que han muerto en dicha sala ni por aquellas que, aun saliendo con vida de allí, no tienen precisamente un buen recuerdo de la famosa Sala 8 del hospital guantanamero.