MIAMI, Estados Unidos. — La escasez de alimentos y la grave situación económica en que se encuentra Cuba ha llevado a los padres a buscar alternativas para el sustento de sus hijos.
En el municipio de Antilla, provincia de Holguín, los menores se internan en los cañaverales para cortar y comer caña de azúcar.
“Muchas veces no tienen para comer. Entonces tienen que ir a buscar caña para sacarle guarapo y tener algo de almuerzo”, declaró a CubaNet Yudith Cruz Cruz, madre de cuatro hijos residente en esa localidad.
La mujer reconoce que sus hijos rara vez pueden acceder a proteínas, y que comen algún tipo de carne, como mucho, dos veces al mes.
“La mayoría de las veces hay que dejar de comprar ropa y otras cosas para poder darles un platico fuerte a los niños”, reconoce la madre.
De los cuatro hijos de Yudith Cruz, dos son menores de edad. Debido a su situación económica, la mujer recibe una pensión, pero a duras penas puede obtener algún alimento.
“Lo que normalmente les resuelvo es algo de vianda con guarapo”, señaló la madre.
En Cuba, los menores de edad ya no reciben leche, por lo que las opciones para garantizarles el desayuno se limitan a lo que puedan “inventar” sus padres.
La escasez ha llevado a no pocos cubanos a buscar alternativas ante la crisis económica, que ha borrado de la mesa del cubano productos de primera necesidad, como el café, el pan o el arroz.
Hace algunos meses, se hizo popular en la provincia de Holguín el llamado café de platanillo. Según pobladores del territorio, el proceso de elaboración de esa bebida es similar al del café.
“Se abre la funda, se sacan los granos y se ponen a secar al sol. Ya cuando están secos, se ponen al fogón y se tuestan, como si fuera café, y se muelen. Eso es lo que le estamos dando de desayuno a los niños para que puedan ir a la escuela”, explicó a este diario Luisa Bárbara Martínez Silva, vecina del Consejo Popular Los Pinos, en el municipio de Antilla.
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