MIAMI, Estados Unidos. — El activista Osmel Adrián Rubio Santos, uno de los huelguistas de San Isidro, se encuentra varado en Bielorrusia, país donde sobrevive en condición irregular desde hace varios meses.
El joven es uno de los miles de cubanos que se han visto obligados a abandonar la Isla por causa de la represión del régimen de Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel. Salió en agosto de 2021 y, desde entonces, su vida se ha convertido en un calvario.
“En marzo de 2021, la Seguridad del Estado comenzó a hostigarme, a mí y a mi familia, incluso amenazaron con meter en la cárcel a mi mamá. Le tomaron una declaración sin presencia de un abogado a mi hermana, de 11 años, una niña. Y mi salud cada día más deteriorada”, dijo Rubio a Radio Televisión Martí.
El activista no formó parte de las protestas populares del 11 de julio de 2021 por encontrarse su vivienda bajo vigilancia policial. El acoso contra él y contra su familia no cesó, razón por la que decidió partir hacia Rusia el 4 de agosto de 2021 en busca de una nueva vida.
Rubio asegura haber partido al país euroasiático con 200 dólares que apenas le alcanzaron para tomar un taxi a su llegada, pagar un mes de alquiler compartido con otras seis personas y comprarse un par de zapatos.
El joven reveló a Radio Televisión Martí que pasó ocho meses trabajando en la construcción y limpiando tiendas en jornadas de 10 y 12 horas de trabajo. Una vez expirado su permiso de estancia en Rusia, el activista debió mantenerse “en la sombra“ para evitar ser detenido.
“Las autoridades rusas le están tumbando las puertas a los cubanos para llevárselos a los centros de detención y deportarlos a Cuba”, señaló Rubio.
Bielorrusia y un futuro incierto
Esa situación lo llevó a intentar buscar otros destinos. Así llegó a la frontera con Bielorrusia, país aliado de Putin.
“Cuando me entregué a las autoridades de Bielorrusia me dicen que no, que Bielorrusia no, y me amenazaron con meterme preso y deportarme”, continuó relatando el cubano.
Con la ayuda de otros cubanos consiguió un espacio en un apartamento en esa nación. Insiste en que su sueño es empezar una nueva vida en cualquier otro lugar donde pueda reiniciar su vida.
“Yo no quiero llegar a España, no quiero llegar a un lugar determinado. Mi meta es un destino seguro donde pueda pedir asilo político, pueda trabajar, tener un salario mensual, rehabilitar mi vida como joven que soy, pues solamente tengo 19 años, y mi salud se ve más deteriorada cada día (…). Siéndole sincero, hermano, yo quiero llegar, aunque sea a Angola”, expresó.
Osmel Adrián Rubio también explicó a Radio y Televisión Martí que producto de la diabetes y el estrés padece de llagas en la boca, hinchazón en los pies y problemas circulatorios.
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