MADRID, España.- El Diario de la Marina, “Decano de la prensa de Cuba”, como se autodefinía en primera plana, nació en 1844 de la unión de dos periódicos que ya tenían más de un decenio de existencia: Lucero de La Habana y El Noticioso. De ahí que algunos autores le adjudiquen la fecha de fundación de uno de sus antecesores y otros la del 1 de abril del año en que se fusionan.
Guillermo Jiménez, por ejemplo, anota: “Comenzó a publicarse el 16 de septiembre de 1832 como El Noticioso y Lucero de La Habana, dirigido por Isidoro Araujo de Lira, tras fusionarse el periódico habanero El Noticioso, propiedad de Manuel Francisco Salinero, con El Lucero, fundado originalmente en Matanzas y trasladado el año anterior a La Habana por José Perera. En 1844 adoptó el nuevo nombre al concederle el privilegio de ser órgano oficial del Apostadero de la Marina”.
Gregorio Ortega apunta: “El primer número de Diario de la Marina apareció el 1 de abril de 1844 como órgano oficial de la Autoridad Superior de la Marina en la Isla”. Otros autores se limitan a registrar que el cambio ocurrió en 1844, sin precisar mes.
Pero sí hay consenso en que el periódico matutino ubicado en la capitalina calle Prado fue uno de los más importantes e influyentes en la sociedad insular; que superaría a los demás rotativos en clasificados.
Con la intervención estadounidense en la Isla en 1899, el Diario suprimió el subtítulo de Órgano Oficial del Apostadero de La Habana. Lo dirigió Nicolás Rivero Muñiz de 1895 a 1919, cuando le sucedió su hijo José Ignacio (Pepín), hasta su muerte en 1944. Entonces contó con una Junta de representantes de sectores económicos, presidida por Silvia Hernández, viuda de Rivero, con sus hijos José Ignacio, Nicolás, Alberto, Silvia y Oscar. En 1945 se creó un Comité Ejecutivo integrado, entre otros, por el pedagogo e historiador Ramiro Guerra, y Eliseo Guzmán, luego director y copropietario.
Tuvo entre sus columnistas a renombrados intelectuales como Gastón Baquero, Jorge Mañach y José M. Chacón y Calvo. Sus páginas editoriales unían al perfil católico y anticomunista, la prestancia literaria de Mañach, José Lezama Lima, de los profesores y escritores Medardo Vitier y Graziella Pogolotti, y otros.
Diario de la Marina salió por última vez el 12 de mayo de 1960, fecha en que fue cerrado por el gobierno de Fidel Castro.