MIAMI, Estados Unidos. – El economista cubano Carmelo Mesa-Lago, a punto de cumplir 90 años, ofreció una entrevista al diario español El País en la que analiza la profunda crisis que enfrenta Cuba y describe con datos y reflexiones cómo esta es la peor que ha vivido la Isla.
Mesa-Lago, quien ha sido testigo de los cambios históricos, económicos y sociales de Cuba, sostiene que “el peor momento es ahora” y que la actual crisis supera la de los años 90, el llamado “Período Especial”. Según sus cálculos a partir de cifras oficiales del Gobierno, entre 2019 y 2023, el crecimiento económico de Cuba cayó casi un 2% anual.
Una de las razones que destaca Mesa-Lago es la tasa bruta de acumulación del capital, que pasó del 25% en 1989 a un 16% en el último año registrado. Además, la producción industrial cayó un 54% en 2022, siendo menos de la mitad de lo que era en 1989. En agricultura, señaló una caída anual del 7,3% entre 2016 y 2022.
“Creo que lo peor de todo es la inflación”, dijo Mesa-Lago. En 2022, la inflación en Cuba alcanzó casi el 1.000%, situándose entre las más altas del mundo, solo superada por Venezuela en América Latina.
Desde su salida de Cuba en 1961, Mesa-Lago ha observado cómo el país ha lidiado con las consecuencias de perder sus principales socios económicos. Primero, la caída de la URSS, que proporcionó una “transferencia enorme de recursos” a Cuba, y luego la crisis en Venezuela, que redujo a la mitad el petróleo enviado a la Isla.
Sobre las reformas económicas bajo el régimen de Raúl Castro, Mesa-Lago consideró que estaban bien orientadas pero fueron muy lentas y cargadas de obstáculos. “Debían haber sido más rápidas y más profundas”, dijo.
Respecto al sector privado y las mipymes, criticó las cifras oficiales que presentan un panorama distorsionado. “Comparando el 2023 con el año 2013, la caída fue del 62% en importaciones”, subrayó, antes de indicar que, a pesar de las reformas, la situación económica no ha mejorado.
En cuanto a la igualdad social, uno de los “logros de la Revolución”, Mesa-Lago afirma que “esa sociedad igualitaria se acabó”. Hoy en día, las diferencias de clase son marcadas, con una parte de la población que recibe remesas y puede comprar a precios altos, mientras que quienes dependen del salario estatal enfrentan hambre, consideró.
“La Cuba de hoy no tiene nada que ver con la de los 80, lo de hoy es una catástrofe”, lamentó.
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