MADRID, España.- Este 22 de julio se cumplen 11 años de la muerte de los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, quienes murieron en un sospechoso accidente automovilístico. Durante estos años sus familiares se han mantenido denunciando que fue un asesinato orquestado por el propio Gobierno de la Isla, que permanece impune.
A finales de 2021 abogados de la entidad no gubernamental Human Rights Foundation (HRF) presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una investigación legal independiente sobre la muerte de Payá y Cepero, ambos fundadores del Movimiento Cristiano de Liberación.
El informe expuso que estas muertes ocurrieron por un atentado provocado por el Gobierno de Cuba y no por un accidente de tránsito casual como sostuvo el régimen, que incriminó al español Ángel Carromero, quien iba conduciendo el auto.
Durante la presentación de las pruebas Ángel Carromero, quien vive en España, explicó que desde que salieron de La Habana, camino a Bayamo, sintieron que los estaban siguiendo y luego lo comprobaron.
Uno de los vehículos que los seguían, con chapa perteneciente a la Seguridad del Estado, fue el que los impactó y los sacó de la carretera, declaró Carromero. Además, explicó que en el hospital, donde estaba rodeado de militares, le tomaron declaración y le indicaron decir que había sido un accidente. El juicio del Estado cubano fue una farsa y no se presentaron pruebas, sentenció.
En junio pasado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos responsabilizó al régimen cubano por la muerte Oswaldo Payá y Harold Cepero.
La conclusión de ese organismo continental, recogida en el Informe de Admisibilidad y Fondo No. 83/23 del Caso 14.196, establece que “el Estado cubano violó los derechos a la vida, honra y libertad de expresión de ambas personas”.
El documento de la CIDH identificó “indicios serios y suficientes para concluir que agentes estatales participaron en las muertes de Payá y Cepero. En particular, tomó en cuenta el testimonio de Ángel Carromero. El Estado no presentó alegatos o negó estos argumentos”.
La CIDH precisó que “lo ocurrido a las víctimas se enmarcó en el contexto de la persecución y represión estatal contra personas disidentes políticas y defensoras en Cuba, con el objetivo de obstaculizar o paralizar la labor de defensa y promoción de los derechos humanos”.
El mecanismo recordó, además, que los familiares de Oswaldo Payá “nunca tuvieron acceso a los informes de autopsia, ni al contenido de diligencias realizadas”.
Oswaldo Payá fue profesor de Física e ingeniero en Telecomunicaciones. En 1988 fundó el Movimiento Cristiano Liberación. En mayo de 2002 entregó a la Asamblea Nacional cubana 11.020 firmas en apoyo al Proyecto Varela, una iniciativa ciudadana para solicitar un referendo a favor de las libertades fundamentales de los cubanos. Posteriormente, en 2003, logró entregar otras 14.000 firmas al Parlamento, con el mismo objetivo.
Por su labor, fue galardonado con el Premio Sájarov 2002 del Parlamento Europeo a la Libertad de Conciencia. En el 2005 se le otorgó el título honoris causa de Doctor en Leyes por la Universidad de Columbia, Nueva York. Fue nominado cinco veces al Premio Nobel de la Paz.