LA HABANA, Cuba, 24 de diciembre (Gladys Linares, 173.203.82.38) -La propaganda gubernamental alrededor de las escuelas reparadas y pintadas es abundante. Sin embargo, los que la escuchan no se imaginan el estado de destrucción en que se encuentra la escuela primaria Niceto Pérez, en la cooperativa Abel Santamaría, en El Gacho, municipio San Juan y Martínez, Pinar del Río.
Me dice Orlando Vento González, vecino de la localidad:
“La escuela la hicieron los vecinos hace cuarentaicinco años. Provisionalmente usaron madera, mientras esperaban por la definitiva, de mampostería, que haría luego el Estado. El asta de la bandera es un cuje. Te traje una foto para que no creas que es cuento de camino”.
Como está construida en una ladera, con las lluvias la tierra se ha deslizado, los cimientos han cedido y las paredes están inclinándose. La pared del portal por donde los niños salen al recreo, está en peligro de caerse en cualquier momento. Sin contar las tablas caídas y los huecos en las paredes. Cuando empieza a llover, los maestros mandan a los niños para la casa, no sólo por las goteras del techo, sino también porque temen un derrumbe.
Los vecinos han planteado esta situación en el Municipio de Educación y no han recibido respuesta.
“Bueno – reflexiona Orlando –, la escuelita de madera sigue ahí. La hicimos para evitar que nuestros hijos se quedaran analfabetos, y en cualquier momento se derrumba y entonces vamos a tener que lamentar una tragedia mayor”.