LA HABANA, Cuba. – De forma general, las efemérides ofrecen ocasión para encontrarse con la historia y un momento propicio para la reflexión; siempre y cuando se conozcan los hechos del día que se rememora. Sin embargo, de manera desafortunada, la dictadura ha tratado de poner pintura negra sobre algunos sucesos acontecidos antes de 1959, impidiendo que haya lugar a la reflexión.
Por ejemplo, el 10 de marzo se cumplen 67 años del Golpe de Estado que le diera Fulgencio Batista Zaldívar al expresidente Carlos Prío Socarrás, lo que rompió el ritmo constitucional del país, ya que el régimen de facto derogó la Constitución de 1940 y emitió unos estatutos; disolvió el Congreso e instituyó un gobierno provisional, prometiendo elecciones para el año siguiente; asimismo asumió las jefaturas del Estado y del Ejército.
Hasta el año 1959 Batista se mantuvo en el poder, cuando el 1ro de enero fue derrocado por los “rebeldes” que operaban en la Sierra Maestra, bajo la dirección de Fidel Castro.
No digo que recordar este hecho de la historia sea algo para vanagloriarse, pero en definitiva sucedió y es importante que se conozca –incluso- el escenario social y económico en el que se desenvolvía nuestro país en aquellos momentos. Pero la dictadura ha dejado de enseñar en los diferentes niveles escolares cualquier hecho relacionada con los gobernantes anteriores al momento en que tomó el poder; de hecho la mayoría de los Presidentes que tuvo Cuba son ignorados y para que no quede duda de ello, vaya a la calle G en el Vedado, conocida como la Avenida de los Presidentes, para que vea que del primero, Don Tomás Estrada Palma, solo quedan los zapatos de su estatua.
Conversando con algunos jóvenes, no tenían dudas de que el 8 de Marzo era el Día Internacional de la Mujer y que el 13 de ese mismo mes había algo relacionado con Radio Reloj; aunque algunos llegaron a nombrar a José Antonio Echevarría, pero de los sucesos del 10 de Marzo nadie pudo decir algo.
Asombrada de la gran ignorancia de la historia que tenían estos jóvenes y con la ayuda de algunas personas allegadas, decidimos hacer una pequeña encuesta para conocer hasta qué punto los cubanos residentes en la isla, sabían lo que había sucedido en el siglo pasado.
La magnitud de la muestra que decidimos tomar fue de 100 personas, de ellas fueron 47 hombres y 53 mujeres. Las edades oscilaron entre 17 y 60 años, porque tratamos por todos los medios de no considerar a adultos de la tercera edad.
Cuando nos acercábamos al posible encuestado, después de entablar algún tipo de conversación, lo primero que le preguntábamos era la edad, si estaba en el rango establecido, y tratando de que no pareciera un interrogatorio, le decíamos: ¿Usted sabe lo que pasó el 10 de marzo de 1952? Como se puede ver, una pregunta muy sencilla y utilizamos nuestros celulares para anotar las respuestas.
Aunque parezca increíble solo 12 personas pudieron contestar correctamente, de ellos 9 rondaban los 40 años. Esto vino a confirmarnos que la historia de Cuba se ha borrado del conocimiento de los cubanos de un solo porrazo.
Entre los encuestados que tuve, pocos sabían quién era Fulgencio Batista y Zaldívar, de ellos, dos dijeron su grado militar y tres lo calificaron de dictador.
Un joven de 26 años, que manifestó vivía con sus abuelos y por eso sabía de ese día y del General Batista, tuvo la siguiente expresión: ¡Ah! Sí, el dictador antes de Fidel. Ni lenta, ni perezosa le contesté: ¿Tú quieres decir que Fidel era dictador? Ahí mismo me dio la espalda, y me dejó plantada en el parque de Línea y L, en el Vedado. En buen cubano algo así como: “juegue con la cadena, pero no con el mono”.
Habría que preguntarse: ¿y por qué el régimen tiene tanto interés en ocultar de la historia todo lo que no esté relacionado con la llamada “Revolución”? Pienso que sobre todo es una forma de ocultar a las personas cómo se vivía en el capitalismo, pero seguro usted también tendrá su idea de por qué lo hace.
Menos mal que la pregunta era sencilla para los encuestados, y no llevaba implícito el significado de la grulla con la pata de palo de la Finca Kuquine, o quién era Martha Fernández Miranda, porque seguro que el resultado hubiera sido peor. Incluso no creo que muchos de los que lean este artículo conozcan esos pormenores, pero historia es historia y hay que estudiarla.