LA HABANA, Cuba. – El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, realiza un periplo para atenuar la pérdida de prestigio de su gobierno por el apoyo incondicional a la invasión de Rusia a Ucrania. En Roma, Díaz-Canel se reunió con el papa, pero no logró un encuentro con la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Mientras esto pasaba, más de 1.000 presos políticos aguardaban ―y siguen aguardando― la liberación.
Díaz-Canel, sonriente y afable, obtuvo el caluroso agasajo del sumo pontífice el pasado martes. Los resultados de su periplo, continuado en Serbia y Francia, están por verse. Para acallar a los cubanos, antes de partir, el gobernante visitó por breves horas poblados arrasados por las inundaciones en Camagüey y Granma, después de una semana de ocurrida la catástrofe.
El papa Francisco le concedió la deferencia de ser el primero recibido después de una reciente intervención quirúrgica. Más que un encuentro oficial, pareció una acogida familiar a la esposa e hijo del gobernante y su comitiva, con una conversación privada de 40 minutos. “Me encanta verlo aquí, me encanta que haya venido”, se escuchó decir a Francisco al abrazar a Díaz-Canel.
No se informó de ningún mensaje a los cientos de miles de damnificados por las inundaciones ni a los cubanos sometidos a las carencias de la caprichosa conducción del Gobierno de continuidad. Nada se informó específicamente sobre los temas que pudieron ser abordados, especialmente la eventual liberación de más de los más de 1.000 presos políticos, solicitada por el cardenal Beniamino Stella durante su visita a La Habana a finales de enero pasado.
“Fue una conversación franca. Confirmamos amplias coincidencias en temas acuciantes de la agenda internacional para la humanidad”, aseguró Díaz-Canel en su cuenta oficial de Twitter.
Tras el encuentro con el papa, el secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolin, recibió al gobernante como es usual, pero no se publicaron los temas tratados.
El presidente italiano, Sergio Mattarella, no recibió a Díaz-Canel a su llegada a Italia y, por tanto, no confirió los honores ante la guardia desplegada, lo cual sí hizo al día siguiente cuando acogió al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. La primera ministra Giorgia Meloni, quien también recibió al mandatario brasileño, no se entrevistó con el cubano.
Estos detalles resultan extraños en un marco de relaciones bilaterales cercano, la presencia de más de 50 empresas italianas en la Isla y varios negocios en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM). Asimismo, contrastan con los agradecimientos expresados al régimen de La Habana tras concluir la colaboración de los médicos integrantes de la Brigada “Henry Reeve” durante la pandemia de COVID-19 en Lombardía y Piamonte por tres meses.
Con una veintena de empresarios italianos, las dos partes llevaron a cabo un almuerzo de trabajo.“A pesar de todo (…), ustedes se han mantenido a nuestro lado, pasando dificultades, incluyendo deudas que tenemos con ustedes y que les afirmamos que saldaremos”, dijo Díaz-Canel. También se refirió a posibilidades de inversiones en el comercio mayorista y minorista como la de Farmavenda, a través de nuevos actores económicos, o sea, las mipymes.
Además, en Italia Díaz-Canel también se reunió con Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la cual mantiene programas de desarrollo en Cuba y realiza donaciones desde hace muchos años.
La gran depauperación de la economía y la infraestructura productiva de la Isla no resulta alentadora para que la inversión extranjera corra riesgos, teniendo el antecedente de los impagos, el éxodo del personal calificado y la mano de obra en general, la demanda de importar todos los insumos y el déficit de generación eléctrica. Además, muy desestimulante será la prolongación del embargo de Estados Unidos in saecula saeculorum ante la entrega de Cuba a los designios rusos.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.