LA HABANA, Cuba.- Durante el último periodo de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular se dio a conocer, en tono de victoria por el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, que había en el país un total de 4 042 micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) -3991 privadas y 51 estatales-, y 55 cooperativas no agropecuarias (CNA).
Más recientemente trascendía que desde el pasado 8 de agosto se abrió la convocatoria para la creación de Mipymes y CNA en las actividades económicas que hasta el momento no se habían tramitado.
A todas luces, el castrismo pretende hacer ver, mediante esta estrategia de aumentar el número de actores económicos no estatales, en especial las Mipymes, que existe por parte de la maquinaria del poder la voluntad de impulsar estas nuevas formas de gestión. Se potencia el elemento cuantitativo, pero como veremos a continuación, no sucede igual con el factor cualitativo.
En una reciente Plenaria de Economía del gobierno provincial de La Habana, el gobernador de ese territorio, Reinaldo García Zapata, informó que la Empresa Eléctrica y la Dirección Provincial de Trabajo inspeccionarán a las Mipymes de la provincia que presentan altos consumos de energía eléctrica, a las cuales se les reducirá en un 20% su consumo mensual promedio.
Es decir, que a los apagones generales que están padeciendo actualmente todos los barrios de Cuba, se agregarán apagones selectivos para limitar el consumo eléctrico de las Mipymes. Evidentemente, tal medida constituye un freno para el desarrollo de estas novedosas formas productivas.
Otra vertiente en la que se aprecia el doble rasero gubernamental con respecto a las Mipymes la apreciamos en lo relativo a la concesión de los créditos bancarios, una actitud que se hace extensiva a los trabajadores por cuenta propia, y a las CNA.
De acuerdo con una información aparecida en el periódico Granma, el Banco Central de Cuba señaló que los emprendedores pueden acceder a estos créditos con montos de dinero relativamente pequeños, y que implican un rápido retorno a las instituciones bancarias.
Se trata de créditos que incluso pueden otorgarse en moneda libremente convertible (MLC), que son, por supuesto, los más demandados por los emprendedores debido al protagonismo que esas monedas alcanzan en la economía nacional.
Sin embargo, el acceso a los créditos en MLC está reservado únicamente para aquellos emprendedores que cumplan alguno de los siguientes requisitos: realizar ventas a la cadena de tiendas en MLC; comercializar en la Zona Especial de Desarrollo Mariel; o exportar parte de sus producciones o servicios.
Estamos en presencia de otro obstáculo importante para los emprendedores que inicien su labor, y que precisen de esos créditos en MLC, entre otras cosas para importar insumos y materias primas, y que no puedan acceder a ellos por no haber cumplido con los requisitos exigidos por las autoridades.
Conviene destacar que en el futuro inmediato habrá una avalancha de nuevas Mipymes. Serán los actuales negocios por cuenta propia con más de tres trabajadores contratados, los cuales en septiembre deberán transformarse en Mipyme o CNA. De continuar la tendencia actual, casi todos se convertirán en Mipyme, al parecer prefieren conservar la propiedad privada del negocio, antes de transformarse en una CNA, que pudiera devenir con el paso del tiempo en una propiedad de grupo.
De todas maneras, esta avalancha de Mipymes no estatales podría explicar la ojeriza del castrismo hacia esta nueva forma de gestión.
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