LA HABANA, Cuba. – Cuando, los que vivimos en Cuba, leemos las opiniones de la presentadora y actriz Sissi Fleitas luego de su reciente visita a La Habana pudiéramos preguntarnos en qué país estuvo, porque no parece ser el mismo en el que vivimos nosotros.
Según dijo Sissi Fleitas al Nuevo Herald: “Se respiran aires nuevos, la gente siempre sonríe, ya sea en los barrios que han comenzado a reformarse como en los que aun están sin pintar y con las calles llenas de baches…Todo el mundo tiene un celular y el Viber y el Whatsapp son tan populares como la canción Bailando de Descemer Bueno”.
Oiga, que eso lo diga Conan O’Brien, Rihanna o algún turista yanqui con dinero y ganas de dejarse engatusar, cabe, pero, ¿una cubana que se fue en 1994 y que ha estado varias veces en Cuba en los últimos años?
Parece que Sissi Fleitas y su mamá, la cantante lírica Dinorah Arguelles, la pasaron en grande en La Habana, de paladar en paladar. Pero de ahí a pensar que todos sus compatriotas tienen tanto dinero como ella y la pasan igual de bien, va un largo trecho…
No hay dudas que Sissi Fleitas es de un optimismo envidiable. ¿Qué hay de nuevo en los aires que respiró? ¿El olor de las fritangas de los nuevos timbiriches, el kerosén ligado con petróleo de los almendrones de alquiler o la peste de las aguas albañales que corren incontrolables por las calles de la ciudad?
¿De veras se creyó Sissi que todo el mundo tiene celulares inteligentes con los últimos artilugios y que los pueden usar continuamente? ¿Se habrá enterado que la mayoría de los felices propietarios de celulares, si no tienen parientes o amigos en los Estados Unidos que se los recarguen, los tienen solo de adorno, “para especular” -como se dice por acá- o para oír musiquita, preferentemente reguetón?
Con tanta gente sonriente como dice haber visto, ¿no nos habrá confundido a sus compatriotas con la hiena de aquel chiste de Pepito?
¿Con qué cubanos conversó, que le trasmitieron tanto optimismo? Debe haber sido con los dueños de paladares y hostales, los taxistas y choferes de bicitaxis que ya izaron la Old Glory, las jineteras enfundadas en licras con las barras y las estrellas, sus chulos y los pingueros. Todos haciendo planes a la espera de que llegue el aluvión de turistas yanquis cargados de dólares y locos por derrocharlos en La Habana, Varadero o la cayería.
¿O sería que se topó con los sesudos del régimen que dan por sentadas las ganancias que entrarán por el puerto del Mariel, las inversiones extranjeras y los créditos que van a obtener de los bancos internacionales ahora que sacaron a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo?
Sissi Fleitas dijo tener planes de ayudar a los niños cubanos. Ojalá que con su optimismo y despiste no le dé por traerles Ipods y smartphones con bastantes artilugios y otras bellas fruslerías, en vez de procurarles alimentos, medicinas y zapatos, que es lo que realmente necesitan y con urgencia.