FILADELFIA, Estados Unidos. – De estreno próximamente, Hijos de la diáspora, documental del joven realizador Lunes Oña, producido por Ileana Pérez Drago, no constituye, como podría pensarse, un mero proyecto de familia, teniendo en cuenta que se trata de madre e hijo, sino un abarcador y exitoso esfuerzo de muchos por sacar a la luz los rostros y testimonios de los hijos y nietos de innumerables exiliados. Ellos mismos son exiliados que, por primera vez, nos relatan frente al ojo inquisidor de la cámara, la experiencia medular de crecer y desarrollarse en otras tierras, a veces en otros idiomas, siendo los hijos y nietos de padres cubanos exiliados del castrocomunismo, característica esta última, que, para quienes no se hayan enterado, exige un punto y aparte.
Tal y como declara a este reseñador la productora, la cinta recoge el estremecido testimonio de “21 jóvenes desde Escocia hasta Ecuador, pasando por Canadá, España y Angola” y nos habla de “la supervivencia de la identidad cubana en un nuevo medio, a pesar de la historia familiar de ruptura y alienación” respecto a la cultura original.
Varios de los entrevistados no han vuelto nunca más a su país de origen, o conservan de él una fatigada ―si bien persistente― imagen; otros, incluso, no han pisado jamás el suelo en el que debieron haber nacido.
Lunes Oña, el director de la cinta, es él mismo un ejemplo de esta variada muestra. De padres cubanos, nació y vivió en España durante sus años formativos, y actualmente reside en Estados Unidos. Cursa estudios de Cinematografía, Televisión y Producción Digital en el prestigioso Miami Dade College. Participa activamente en la “escena underground del sur de Florida”. La productora, Ileana Pérez Drago, es arquitecta de formación.
El exilio cubano cuenta ya con una larga lista de películas documentales y ficcionales que reflejan desde la perspectiva propia los distintos planos de una larga lucha por la libertad personal y colectiva. Antecedentes de esta forma documental podrían hallarse en títulos como Conducta impropia, de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal; Nadie escuchaba, de Jorge Ulla, y otros que vinieron antes, o siguieron a los mencionados.
Más recientemente, el cineasta Lilo Vilaplana ha dado vida a los testimonios de exprisioneros y exprisioneras en dos de sus más recientes realizaciones, respectivamente, Plantados y Plantadas, recurriendo a una forma dramatizada con la participación de actores, no obstante lo cual, bien podría atribuírsele el carácter de “documental” a las cintas mencionadas.
Por su parte, el cineasta Joe Cardona dio voz y rostro por primera vez a la generación de jóvenes cubanoamericanos que también forman parte del exilio en el documental Café con leche, que data de 1997.
Sin embargo, no habíamos dispuesto hasta el presente de una cinta que recogiera esta otra faceta del exilio, que corresponde a la experiencia de los hijos y nietos de quienes innegablemente ocupan los primeros planos evidentes y confluyen en un centro, como los rayos de una rueda se insertan en su eje.
La cinta de Lunes Oña y Pérez Drago remonta, un poco a contracorriente, el curso de ese caudal impetuoso para encontrar a quienes, muy jóvenes y sin convicciones políticas propias, son arrastrados al exilio con sus familiares por la vorágine de la opresión política en el país de origen, o nacen, por igual causa, lejos de la tierra de sus padres. El exilio cubano es visto así en sus verdaderas dimensiones, en el espejo de la diáspora que ha llegado a constituir y se revela como el estallido de un semillero de talento, pasión y fuerza, que constituye para el país y el régimen que promueven semejante fuga, la trágica pérdida que esto representa, y la ganancia neta para los países que constituyen la segunda patria de estos jóvenes. Un testimonio vigoroso y estremecedor, revelador por igual, de la fortaleza interna de los lazos de familia en el exilio.
La cinta se estrena en Miami el viernes 10 de mayo a las 7:30 p.m. en el Museo Americano de la Diáspora Cubana, en el marco de la tertulia mensual “La otra esquina de las palabras”, que conduce el poeta Joaquín Gálvez.
ARTÍCULO DE OPINIÓN Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.