MADRID, España.- Pocos días después del fallecimiento de tres cubanos por el derrumbe de un edificio multifamiliar ocurrido en La Habana Vieja este 3 de octubre, la prensa oficialista confirmó la inauguración del hotel de cinco estrellas Meliá Trinidad Península para la temporada alta de turismo.
A cargo de la cadena española Meliá Hotels International y situado en Playa María Aguilar, el lujoso hotel contará con 401 habitaciones, entre estándar y The level, y capacidad para ser autosuficiente de energía con una plataformam de mil 500 placas fotovoltaicas y sistema de agua caliente por el propio método. Todo ello mientras la población cubana padece los constantes apagones y la escasez de agua.
Según Prensa Latina, “la selecta área The level (El nivel) es un espacio de atención personalizada, privado e íntimo para recibir a familias, parejas o grupos (mayores de 18 años), con un alto nivel de servicios”.
La instalación hotelera también “contará con transporte propio para excursiones a los atractivos socio-culturales” de la región.
Así como dispone de siete bares e igual número de restaurantes y locales de protocolo para la celebración de eventos, reuniones y fiestas, con atención especializada a grupos de negocios y del ocio.
Según el director general, Juan Pereira, citado por el medio oficialista, “este Meliá es de alta excelencia, la instalación insigne de la segunda playa más importante de Cuba, después de Varadero”.
Mientras que Renier Rendón, subdirector por la parte cubana, dijo que “el compromiso de todos sus trabajadores es dedicarse a la excelencia en uno de los balnearios más visitados del país”.
Aunque la ocupación turística en Cuba es extremadamente baja, el régimen sigue remodelando y construyendo hoteles, en detrimento de espacios para la salud pública, la educación y la vivienda en la Isla.
Luego de que la pasada semana trascendiera la muerte de tres personas en el mencionado derrumbe, entre las primeras reacciones de la población estuvo precisamente la imparable construcción de instalaciones hoteleras por parte del régimen, que alega no tener materiales para garantizar viviendas a miles de familias que viven en albergues o en edificios en peligro de derrumbe.